Miembros de la comunidad chií de Afganistán celebraron una ceremonia fúnebre masiva por las víctimas del ataque del viernes contra una mezquita en la provincia de Kandahar. El grupo terrorista Daesh se atribuyó la autoría del ataque. Los afganos pidieron a los talibanes que les brinden seguridad y protección.
Después de este segundo ataque de Daesh en una semana contra los chiíes, las autoridades talibanas anunciaron su compromiso para aumentar la seguridad en las mezquitas chiíes.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) denunció por su parte el ataque terrorista y expresó su solidaridad con las familias de las víctimas. Asimismo, dijo que es necesario que los perpetradores sean llevados ante la justicia.
La minoría musulmana chií, que representa el 20 % de la población afgana, es a menudo blanco de atentados y actos de violencia perpetrados en la mayoría de los casos por Daesh. Sin embargo, esta violencia se intensificó desde la toma del control por los talibanes y la salida apresurada de los estadounidenses de este país tras 20 años de invasión.
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