Los momentos previos y posteriores a las dos explosiones consecutivas en la céntrica plaza de Kabul fueron grabados por la cámara de la cadena de televisión Peshgam.
El canal filmaba los preparativos de la manifestación de miles de chiíes de la etnia hazara contra un proyecto de línea eléctrica.
Al oír los estallidos, el camarógrafo se puso a correr, junto a otros presentes, más allá del epicentro del ataque. Pero un minuto más tarde dio la vuelta y se dirigió hacia la zona desde donde se escuchaban gritos de dolor y clamores de ayuda.
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