Según los testigos, los agentes policiales han lanzado este viernes gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a unos 500 manifestantes reunidos en el distrito de Kadiköy.
Los indignados han acusado al Gobierno de Ankara de permitir que los takfiríes del grupo EIIL entren al territorio turco y perpetren ataques terroristas.
El lunes, al menos 28 personas perdieron la vida y otras 100 resultaron heridas, como consecuencia de una explosión de bomba perpetrada por Daesh en la ciudad turca de Suruç, cerca de la frontera con Siria.
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