“Turquía se ha convertido en un mercado que vende armas a los grupos terroristas que combaten en Siria. Turquía ayuda por un lado a Al-Nusra y por otro dispara contra las posiciones de soldados sirios”, ha explicado Al-Hayat, publicado en Londres (capital británica).
La fuente señala que esos detalles han salido a la luz en las investigaciones sobre la muerte de dos fuerzas de seguridad turcas a manos del grupo takfirí EIIL (Daesh, en árabe) el año pasado.
Las indagaciones han dado a conocer que el alcalde de la ciudad fronteriza de Yayladağı, en la provincia de Hatay, en el sur de Turquía, ha ayudado a los terroristas a infiltrarse en el territorio sirio, además de vender a ellos una cantidad de armas con un valor de 4 millones de dólares.
El pasado lunes, un miembro de Daesh reveló que el servicio de Inteligencia Nacional de Turquía (MIT, por sus siglas en turco) coopera con los terroristas para contrabandear armas a Siria.
Mehmet Askar, citado por el diario turco 'Cumhuriyet', confesó que en 2011 acompañó a Heysem Topalca, otro integrante del EIIL, para traficar armas a través de una aldea fronteriza en Hatay.
Desde el inicio de la crisis en Siria en 2011, el Gobierno del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se abstiene de desempeñar un papel constructivo en la lucha contra el terrorismo, e incluso ha brindado apoyo a los grupos extremistas con el fin de allanar el camino para el derrocamiento del Gobierno de Damasco, al que se opone firmemente.
La ayuda de Turquía a los grupos extremistas ha provocado hasta la reacción del primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi, que instó el 9 de este febrero a Ankara a impedir que su territorio se utilice como puerta de entrada de los terroristas a los países de la región.
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