Funcionarios del Ministerio de Inmigración confirmaron la muerte el pasado domingo de un hombre, identificado como Khodayar Amini, de 30 años procedente de Afganistán, en la localidad de Dandenong, en el sureño estado de Victoria.
El afgano se roció petróleo en su cuerpo y se prendió fuego", afirmó la activista Sarah Ross de la Red de Acción por los Derechos de los Refugiados.
El afgano temía que las autoridades australianas lo devolvieran al centro de detención donde estuvo recluido, en el que varios de sus amigos se habían suicidado.
La activista Sarah Ross relató a la agencia de noticias ABC que ella y su compañera Michelle Bui, de la Red de Acción por los Derechos de los Refugiados, conversaban con Amini cuando amenazó con suicidarse. El afgano "se roció petróleo en su cuerpo y se prendió fuego", afirmó Ross.

La Policía halló los restos morales del solicitante de asilo en una zona verde quemada.
Amini, que estuvo confinado en un centro de detención de Yogah Hill, a 90 kilómetros al noreste de la ciudad de Perth, mostraba signos de deterioro en su salud metal tras ser puesto en libertad con un visado provisional, según la activista. "Los últimos días vivía en su coche", afirmó Ross.
Según la organización Red de Acción por los Derechos de los Refugiados, se han registrado dos suicidios y una muerte sospechosa en ese centro.
Australia cuenta con varios centros de detención para inmigrantes en su territorio, así como en Nauru y Papua Nueva Guinea, donde encierran a solicitantes de asilo mientras procesan sus peticiones, pese a las críticas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
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