Los resultados de la investigación realizada por el Penn State College Medicine de Pennsylvania (EE.UU.) y publicada en el International Journal of Obesity, han revelado que aquellas personas que fuman más de 25 cigarrillos al día, al dejar el tabaco, pueden ganar hasta 10 kilos de peso en un período de diez años.
Cuando la gente deja de fumar, tienden a comer más porque su apetito se incrementa y pierden el estímulo del metabolismo que habían ganado al fumar, dos elementos que provocan un aumento de peso", ha señalado la principal autora del estudio, Susan Veldheer.
En cambio, los fumadores que consumían menos de 14 cigarrillos al día solo incrementaron su peso en 2 kilos. En general, todos los participantes que dejaron de fumar ganaron más de 8 kilos, mientras que los que continuaron fumando también aumentaron su peso en más de 3 kilos.
"La nicotina es un estimulante metabólico, es decir, incrementa el metabolismo, y un inhibidor del apetito, haciendo a la gente sentir menos hambre", ha explicado la principal autora del estudio, Susan Veldheer.
"Cuando la gente deja de fumar, tienden a comer más porque su apetito se incrementa y pierden el estímulo del metabolismo que habían ganado al fumar, dos elementos que provocan un aumento de peso", ha señalado.
Para realizar el estudio, se analizaron los datos de personas fumadoras y no fumadoras mayores de 36 años, a los que también se cuestionó sobre su peso y su altura durante un período de diez años. En total, más de 12.000 adultos participaron en la investigación, de los cuales un 44 por ciento fumaban menos de 14 cigarrillos al día antes de dejarlo y un 23 por ciento consumían más de 25 cigarrillos diariamente.

Por otra parte, cerca de un tercio de los fumadores afirmaron tener miedo a ganar peso tras dejar de fumar, un factor que puede influir en la pérdida o ganancia de kilos. La profesora de Nutrición y Dietética de la Coventry University (El Reino Unido), Deborah Lycett, ha señalado que "comer más cuando se deja de fumar se debe, en parte, a un aumento del apetito, pero también influye el comportamiento y factores psicológicos".
Algunas personas también utilizan el tabaco como un método para controlar su peso, algo que no recomienda Lycett. "Este estudio ayuda a identificar a los grupos de fumadores que pueden ganar más peso tras dejarlo, lo que puede servir para que estén preparados y tengan expectativas realistas", ha explicado.
Para perder peso tras dejar de fumar, Lycett ha recomendado seguir una dieta equilibrada con gran cantidad de frutas y verduras y evitar las comidas procesadas y las bebidas calóricas. Por otro lado, para sustituir el hábito de fumar, se pueden utilizar chicles sin azúcar o masticar una pajita o un palillo.
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