• El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, en una reunión con su par iraquí, Ebrahim al-Jafari, en Moscú, capital rusa, 19 de marzo de 2015
Publicada: viernes, 20 de marzo de 2015 3:06

El Gobierno de Rusia aseguró el jueves que Estados Unidos impulsa una guerra en Ucrania, mediante su apoyo a un proyecto de ley que otorga un estatus de autogobierno limitado a algunas regiones orientales del país.

Washington acoge con beneplácito el menoscabo del acuerdo de Minsk; se puede concluir que EE.UU. está impulsando a Kiev hacia una resolución militar.

“Washington acoge con beneplácito el menoscabo del acuerdo de Minsk; se puede concluir que EE.UU. está impulsando a Kiev hacia una resolución militar”, aseveró el ministro ruso de los Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov.

Al criticar las declaraciones del vicepresidente estadounidense, Joe Biden, sobre el apoyo de la Casa Blanca a dicho proyecto de ley, Lavrov destacó que la única salida a la crisis ucraniana es una iniciativa política, y la presencia militar extranjera solo causaría daños al proceso de reconciliación en este país.

El proyecto de ley concede un estatuto especial con una autonomía limitada a las aéreas que están bajo el control de los independentistas.

Por otra parte, los independentistas, al repudiar el proyecto, recalcaron que viola las demandas democráticas de quienes luchan en el este de Ucrania (en las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk).

Tras las conversaciones mantenidas en la capital bielorrusa, Minsk, los pasados 11 y 12 de febrero, los dirigentes de Alemania, Francia, Rusia y Ucrania firmaron un acuerdo de paz de cuatro puntos que establece la retirada de armamento pesado de la zona en conflicto y la participación de los independentistas en la redacción de una ley electoral, como parte de una reforma constitucional en Ucrania, entre otros aspectos.

Los enfrentamiento desatados desde  abril de 2014 en las provincias rusoparlantes del este de Ucrania han causado la muerte de más de 6000 personas, según datos de las Naciones Unidas. Además, alrededor de 1,5 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares y gran parte de la zona ha quedado derruida.

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