La decisión del tribunal de condenar a muerte al expresidente Mohamed Mursi, y a más de un centenar de sus partidarios en un juicio masivo no es conforme a las obligaciones internacionales de Egipto, criticó la jefa de la Diplomacia europea, Federica Mogherini.
"La decisión del tribunal de condenar a muerte al expresidente Mohamed Mursi, y a más de un centenar de sus partidarios en un juicio masivo no es conforme a las obligaciones internacionales de Egipto", criticó la alta representante de la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini.

Asimismo pidió a las autoridades judiciales de Egipto que, en correspondencia con “las normas internacionales” garanticen el derecho de los condenados mediante un proceso de investigación “equitativo”.
Washington, por su parte expresó en la misma jornada del domingo su profunda preocupación al respecto, por lo que un diplomático estadounidense, afirmó, bajo la condición de anonimato, que EE.UU. “siempre” se ha pronunciado contra juicios masivos que se realizan de forma “contraria a las obligaciones de Egipto y el respeto a la ley”.
El sábado las autoridades judiciales de este país norteafricano anunciaron que la condena a muerte impuesta a Mursi y otros 105 prominentes miembros de los Hermanos Musulmanes (HHMM) será remitida al gran mufti de Egipto, Shauqi Alam.
Ese tribunal egipcio ha de confirmar el veredicto el próximo 2 de junio y el exmandatario egipcio, democráticamente electo en las urnas, tendrá la oportunidad de apelarlo, si bien no reconoce la legitimidad de ese ente judicial.
Anteriormente, el líder espiritual de los HHMM, Mohamad Badie, y otros 13 miembros de alto rango del movimiento fueron condenados a la pena capital.
Varios países, individuos y organizaciones como el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, Amnistía Internacional (AI) y el Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS) rechazaron el referido fallo.
Desde el derrocamiento de Mursi el 3 de julio de 2013, las autoridades egipcias, con el aval del presidente Abdel Fatah al-Sisi, han reprimido violentamente a los simpatizantes de los HHMM, agrupación a la que pertenece el depuesto mandatario, y que fue declarada “organización terrorista” a finales de 2013.

Como consecuencia de las medidas represivas del Gobierno egipcio, al menos 1400 personas perdieron la vida en las manifestaciones, 15.000 acabaron detenidas y cientos recibieron condenas a muerte.
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