Los socios internacionales de EE.UU. podrían “rechazarlo, si les pedimos que sigan imponiendo sanciones económicas (contra Irán) sin la aplicación de la solución diplomática alcanzada con Teherán”, dijo Lew durante su comparecencia el jueves ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado en el Capitolio, en Washington, para defender los resultados de los diálogos nucleares con Irán.
Los socios internacionales de EE.UU. podrían rechazar si les pedimos que sigan imponiendo sanciones económicas (contra Irán) sin la aplicación de la solución diplomática alcanzada con Teherán, dijo Lew.
De acuerdo con el secretario del Tesoro, si se aumentaran las medidas coercitivas contra Irán, EE.UU. no se quedaría ni con un acuerdo nuclear, ni sanciones efectivas.
Es "poco realista pensar que la presión de las sanciones adicionales obligaría a Irán a capitular totalmente", agregó Lew para luego asegurar que los socios internacionales de EE.UU. en el Grupo 5+1 no van a apoyar en este caso.
Lew enfatizó que es imposible pensar que el país norteamericano podría formar una alianza global para imponer tales sanciones a Irán, después de rechazar un acuerdo que las otras potencias mundiales en los diálogos "creen que es una buena idea".
Durante esta sesión plenaria del Senado en la que estaban presentes también, los secretarios de Estado y de Energía, John Kerry y Ernest Moniz, respectivamente, el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el republicano Bob Corker, muy oponente a un acuerdo con Irán sobre su programa nuclear, denunció que la conclusión de los diálogos entre Irán y el G5+1 ha causado el aislamiento del Congreso.
“Tras el acuerdo nuclear, Irán ha salido del aislamiento y, ahora, es el Congreso el que se encuentra aislado”, sostuvo Corker, quien durante el proceso de las pláticas nucleares, urgió en múltiples ocasiones al presidente Barack Obama a abandonar la mesa del diálogo.

En reacción a los comentarios de Corker, Kerry defendió que el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés) o el consenso alcanzado el pasado 14 de julio en Viena, Austria, entre Irán y el Sexteto ha sido la “única” opción viable para solucionar la cuestión nuclear de Irán de forma pacífica, y añadió que es una “mera fantasía” la idea de la rendición “completa” de los iraníes ante las presiones, como esperaban algunos congresistas.
La conclusión alcanzada entre Teherán y el G5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Rusia, China, y Francia, más Alemania) sobre el JCPOA que busca la eliminación de las sanciones antiraníes a cambio de algunas restricciones al programa de energía nuclear del país persa, ha enfurecido al régimen de Israel, encabezado por su primer ministro, Benyamin Netanyahu, quien tildó el hecho de “un error histórico para el mundo”.
Ahora el Congreso estadounidense, dominado por los republicanos muy influencidos por el régimen de Tel Aviv, tiene 60 días conforme a la legislación denominada “Revisar la Ley del Acuerdo Nuclear de Irán en 2015” para estudiar el JCPOA.
En esta misma línea, el régimen de Israel se ha movilizado, recurriendo a todos los medios -desde presionar a los republicanos hasta aprovechar la influencia de su lobby sionista en el escenario político estadounidense- para socavar el pacto, al que considera una amenaza contra su existencia.
A su vez, el presidente estadounidense ha advertido al Congreso que vetará cualquier legislación que intente bloquear la implementación de un acuerdo con Irán.
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