Por medio de dos mensajes oficiales dirigidos a las Cancillerías de Austria y Suiza, las misiones diplomáticas iraníes en esos países han manifestado la preocupación de la República Islámica por la seguridad de los lugares que albergan los diálogos entre Irán y el Grupo 5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia, China, y Alemania).
Asimismo, han solicitado a esas autoridades que pongan al Gobierno iraní al tanto de todos resultados de las investigaciones que se llevan a cabo en este caso.
De igual manera, han instado particularmente al Gobierno de Austria, a tomar inmediatamente medidas necesarias para garantizar la seguridad, sobre todo para la protección y seguridad cibernética de las sedes de las conversaciones.
Por su parte, la Fiscalía de Austria ha informado del inicio de causas penales contra algunos sospechosos de espionaje político.
El pasado miércoles, el diario estadounidense The Wall Street Journal publicó un informe en el que planteaba la posibilidad de que el régimen de Israel haya usado un virus informático para espiar el proceso de las conversaciones Irán-Sexteto.
Estas actividades fueron detectadas por la firma rusa de ciberseguridad Kaspersky Lab ZAO mientras escaneaba sus propios sistemas. Encontró que los ordenadores de los hoteles donde tuvieron lugar los diálogos forman parte de una lista de servidores europeos hackeados por un sofisticado virus informático, identificado como una versión del Duqu.
Funcionarios de Kaspersky no nombraron al régimen de Israel como la fuente oficial del virus, pero sí habrían destacado que había signos sutiles que lo implicaban, incluyendo el nombre “Duqu Bet” (en hebreo Duqu 2.0), ampliamente utilizado por los servicios de inteligencia del régimen de tel Aviv.
Como consecuencia, Suiza y Austria anunciaron la apertura de investigaciones en los hoteles donde han tenido lugar los encuentros, entre ellos el Palais Wilson y Intercontinental de Ginebra y el Beau Rivage de Lausana (ambos en Suiza).

A pesar de que el Departamento de Estado de Estados Unidos salió en defensa de su socio rechazando los informes, no es la primera vez que el régimen de Tel Aviv se sitúa en el ojo del huracán por espiar los diálogos sobre el programa de energía nuclear de Irán.
El pasado mes de marzo, fuentes estadounidenses desvelaron que el régimen de Israel espiaba dichas conversaciones para obtener datos precisos acerca de un eventual acuerdo final entre las partes.
El régimen israelí se opone al programa de energía nuclear iraní, pero oculta en sus arsenales más de 200 ojivas nucleares y se niega a adherirse al Tratado de No Proliferación (TNP), tampoco permite inspecciones a sus instalaciones nucleares.
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