Los choques estallaron después de que un grupo de los enfurecidos intentaran romper el cordón policial que bloqueaba el acceso al edificio del Parlamento libanés.
Las imágenes difundidas por medios locales muestran a las fuerzas antidisturbios tratando de dispersar a miles de personas con cañones de agua, gases lacrimógenos y golpes de bastón, a lo que los manifestantes respondieron con lanzamiento de piedras y botellas.
En la segunda jornada consecutiva de masivas protestas levantadas por la crisis de la recogida de basura que agobia algunas zonas del país, los indignados han reclamado la “dimisión inmediata” del premier libanés, Tamam Salam.
Horas antes de los choques, Salam había apuntado que podría presentar su dimisión si el Gobierno no supera inmediatamente sus diferencias para iniciar el trabajo a favor del pueblo, tras los incidentes violentos de ayer sábado en los que más de 83 personas resultaron heridas.

Las protestas convocadas por la campaña “Apestan” reclaman la renuncia de las autoridades por su mala gestión en solucionar el problema de la basura y de los cortes de electricidad, y no mejorar las infraestructuras y el sistema sanitario.
Durante los disturbios del sábado que duraron hasta la medianoche local, las fuerzas de seguridad dispararon al aire y utilizaron gases lacrimógenos, cañones de agua, y bombas de sonido para dispersar a los manifestantes.
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