Según el diario egipcio 'Al-Masry al-Youm', estos 63 simpatizantes del movimiento Hermanos Musulmanes (HHMM) se esforzaban para irrumpir en la sede de las fuerzas de seguridad y la diócesis de Quena, ubicada en el sur del país norteafricano, durante las manifestaciones antigubernamentales surgidas en 2013 por la masacre de cientos de personas a manos de las fuerzas de seguridad en las sentadas, convocadas en protesta por el golpe de Estado encabezado por el actual mandatario Egipto, Abdel Fatah al-Sisi, hecho que dio pie al derrocamiento del exmandatario egipcio Mohamad Mursi.
Al asumir el poder, Al-Sisi ha construido una campaña feroz contra HHMM. Más de 15.000 miembros de los HHMM o simpatizantes han sido detenidos y cientos han recibido condena máxima en procesos sumarísimos y despachados en cuestión de minutos, un proceso que las Naciones Unidas considera “sin precedentes”.
Como parte de las políticas represivas del Gobierno de Egipto, un tribunal de El Cairo condenó a Mursi a pena capital.
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