Según este informe, esta cifra incluye las deudas israelíes a la Compañía Nacional de Petróleo de Irán (NIOC, por sus siglas en inglés) que no ha pagado durante los últimos 30 años y la ha guardado en una cuenta bancaria administrada por el Banco de Israel.
Por su parte, el diario israelí ‘Haaretz’ ha informado que el régimen israelí retiró la mayoría de estos dineros hace 15 años, pero lo llenó posteriormente con unos “depósitos de orígenes desconocidos”.
En 1968, el régimen israelí y el exrégimen iraní de los Pahlavi pusieron en marcha un proyecto para la venta de petróleo iraní a Europa a través de los territorios ocupados de Palestina.
Después de la victoria de la Revolución Islámica en 1979, el país persa suspendió sus relaciones con el régimen israelí, sin embargo, parte del mencionado oleoducto siguió funcionando con el crudo proveniente de Rusia y de los Estados GUS (antes pertenecientes a la Unión Soviética) tras su nacionalización por la parte israelí.
La República Islámica demandó al régimen de Tel Aviv ante la Corte de Arbitraje Internacional, con sede en la ciudad suiza de Ginebra, por daños y perjuicios, ya que el régimen de Tel Aviv se apoderó de 800 mil toneladas de petróleo que había quedado en la tubería.
En noviembre de 2014, la Corte de Arbitraje Internacional, dictaminó que el régimen israelí tiene que pagar a Teherán. Según la decisión judicial, que viene después de dos décadas de arbitraje, el régimen de Tel Aviv debe pagar a Irán una suma que oscila entre 50 y 100 millones de dólares para compensar los daños causados al país persa.
Entretanto, el régimen israelí se ha negado a participar en el procedimiento y en varias ocasiones trató de impedir la presentación de la demanda en las cortes europeas.
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