La salida a las crisis actuales en Yemen y Siria pasa por los diálogos políticos”, ha aseverado Abdolahian.
“La salida a las crisis actuales en Yemen y Siria pasa por los diálogos políticos”, ha aseverado el funcionario persa durante un encuentro en Kuwait con el ministro de Exteriores de Catar, Jalid bin Mohamad al-Attiyah, en una aparente alusión a la ofensiva sangrienta saudí en Yemen y los planes de varios países de entrenar y enviar terroristas a Siria.
Durante la cita, al margen de la 42ª reunión de cancilleres de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), Abdolahian ha subrayado la necesidad de ampliar la cooperación de los países de Oriente Medido para evitar la escalada de caos en la región.
A este respecto, ha acordado una visita del canciller persa, Mohamad Yavad Zarif, a Kuwait para impulsar una vez más las relaciones amistosas y la cooperación fraternal entre los países islámicos.
El jefe de la Diplomacia catarí a su vez, al destacar la cooperación bilateral, ha considerado el terrorismo como la mayor amenaza para la región. “La seguridad de todos los países está relacionada, y la inseguridad no favorecerá a nadie”, ha precisado.

El funcionario persa, en la misma jornada del jueves, se ha reunido con funcionarios de Política Exterior de varios países árabes y africanos, entre ellos Yibuti, Níger, Túnez y Camerún. Durante su encuentro con el canciller de Yibuti, Mahmud Ali Yusuf, Amirabdolahian ha reiterado la disposición de Irán de enviar más ayuda humanitaria a Yemen.
En cuanto a la crisis en Siria, rechazó la idea de crear una zona tapón dentro de Siria, al alertar de que “este error” no contribuye a la estabilidad en la región.
A su juicio, los principales patrocinadores del terrorismo en Siria e Irak serán el próximo blanco de este fenómeno.
Siria, desde marzo de 2011, sufre una gran crisis provocada por grupos terroristas que reciben apoyo de algunos países regionales y occidentales con el objetivo de derrocar el Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad.
Según las estimaciones, la violencia ha dejado hasta el momento más de 210.000 muertos y 7.6 millones de desplazados dentro del país árabe.
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