A una semana del inicio de la 'Formula Uno' en Baréin, la oposición, bajo el lema "Impidan el Gran Premio de sangre", organizó marchas pacíficas en la monarquía árabe, donde además pidió al régimen gobernante materializar las demandas legítimas del pueblo bareiní.
Los manifestantes, al portar pancartas que exigían la cancelación del Gran Premio, aseguraron que el régimen bareiní llevará a cabo el evento deportivo para encubrir sus crímenes contra la oposición.
También subrayaron que el régimen de Manama, con la celebración de la 'Formula Uno', busca un cambio de imagen de cara a la comunidad internacional, pues se ha visto enturbiada por sus políticas racistas y hostiles contra los activistas políticos.

Además instaron a los responsables de la 'Formula Uno' a cancelar el evento deportivo debido a la represión sistemática que adopta el régimen de Baréin contra los opositores chiíes.
Las fuerzas del orden del régimen de Al Jalifa recurrieron al uso de gases lacrimógenos y granadas de aturdimiento para dispersar a los manifestantes en varios distritos de la capital, Manama.
Los actos de protesta fueron convocados por la Coalición de Jóvenes de la Revolución del 14 de febrero de Baréin.
En Baréin hay cerca de 4000 presos políticos, tal y como anunció en septiembre de 2014 el presidente del Centro de Baréin para los Derechos Humanos (BCHR, por sus siglas en inglés), Nabil Rayab.
Desde febrero de 2011, los bareiníes protagonizan manifestaciones casi diarias contra la monarquía Al Jalifa para reclamar, entre otros derechos, el fin del “monopolio del poder”, y la instauración de un sistema constitucional y un poder judicial independiente.
Como contramedida, el régimen de Al Jalifa, reinante en Baréin y estrecho aliado de Estados Unidos en Oriente Medio, impuso en marzo de 2011 la Ley de Seguridad Nacional, que dio lugar a la entrada de tropas saudíes y emiratíes para reprimir las manifestaciones.
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