• Un caza Panavia Tornado de la Fuerza Aérea saudí.
Publicada: domingo, 10 de enero de 2016 10:58

Arabia Saudí ha rechazado nuevas acusaciones sobre el actual uso de bombas de racimo en su agresión a Yemen: la ONU ya le había advertido de que el empleo de tales armas es un “crimen de guerra”.

“Desmentimos la utilización de bombas de racimo en Saná”, capital yemení, ha dicho este domingo el portavoz militar saudí, el general de brigada Ahmad al-Asiri, en declaraciones recogidas por la agencia francesa de noticias AFP.

“Desmentimos la utilización de bombas de racimo en Saná”, capital yemení, ha dicho este domingo el portavoz militar saudí, el general de brigada Ahmad al-Asiri.

El portavoz militar saudí, el general de brigada Ahmad al-Asiri.

 

Aun así, Al-Asiri ha admitido que anteriormente el reino árabe había empleado este tipo de armas contra vehículos de combatientes del movimiento popular yemení Ansarolá.

Pero aduce, con un pretexto absurdo, que el régimen saudí no ha vuelto a lanzar estas devastadoras bombas que, al abrirse, liberan un gran número de bombas menores, ya que el movimiento de Ansarolá no cuenta con más vehículos.

Además se ha referido al informe de la organización para la defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) tachándolo de “muy débil” por no mostrar “ninguna evidencia” del ataque.

El pasado jueves, HRW aseguró que Arabia Saudí ha lanzado bombas de racimo en zonas civiles e incluso publicó una fotografía: una CBU-58, fabricada en 1978 en una planta de Tennessee, Estados Unidos.

En su reporte, la oenegé sostuvo que el ataque se había realizado en las cercanías de la sede presidencial en Saná y zonas residenciales.

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, manifestó el viernes su profunda preocupación por la intensificación de los ataques aéreos y de artillería saudí pese a los reiterados llamados al cese de las hostilidades.

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