Los legisladores afganos pusieron en entredicho la eficacia del denominado Acuerdo de Seguridad Bilateral (BSA, por sus siglas en inglés) suscrito entre Kabul-Washington en 2014 para el fortalecimiento de la seguridad en la nación asiática, al tiempo que exigieron al Gobierno central una revisión de este pacto.
Diariamente somos testigos de la muerte de un gran número de ciudadanos afganos, que pierden la vida por la falta de seguridad, eso demuestra que hasta el momento el acuerdo no se ha llevado a la práctica” recalcó Ghulam Husein Naseri
“Diariamente somos testigos de la muerte de un gran número de ciudadanos afganos, que pierden la vida por la falta de seguridad, eso demuestra que hasta el momento el acuerdo no se ha llevado a la práctica” recalcó Ghulam Husein Naseri, uno de los legisladores afganos.
En esta misma línea, Abdul Latif Pedram, otro diputado afgano, precisó que si la aplicación de este acuerdo provoca el aumento de la inseguridad, deberá ser anulado.

Por su parte, Osmani Farahi hizo alusión a los constantes ataques de los terroristas en Afganistán, detallando que muchos de ellos son dirigidos desde el territorio paquistaní, empero el Gobierno de Kabul no reacciona ante estos actos de violencia.
Afganistán desde hace décadas es objeto de las agresiones mortíferas de diferentes grupos terroristas como Talibán. Fue en 2001, cuando el Gobierno de Estados Unidos so pretexto de luchar contra este flagelo invadió el país asiático, algo que no benefició de manera alguna a esa nación, ya que durante las operaciones militares estadounidenses un gran número de afganos perdió la vida.
La misión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), encabezada por la Casa Blanca, terminó en el año pasado, no obstante, el 30 de septiembre el Gobierno de Kabul, presidido por Ashraf Qani Ahmadzai, firmó el controvertido pacto BSA.
El expresidente afgano Hamid Karzai durante muchos años se negó a suscribir este convenio. Decía que el Gobierno de Washington debe cumplir algunas condiciones, entre las que figuraba la exigencia de que Washington debía garantizar la paz en Afganistán y cesar las redadas nocturnas en las casas de civiles.
El recién pacto suscrito entre Kabul-Washington que autorizó la permanencia de al menos 13.500 efectivos militares en el territorio afgano, provocó una ola de críticas a nivel nacional.

La más reciente crítica se produjo hace tres días, cuando algunos diputados afganos exigieron la revisión del acuerdo BSA. El diputado afgano Allah Gul Muyahid adujo “Hemos llegado a la conclusión de que las fuerzas estadounidenses no han sido capaces de ayudarnos a establecer la paz en el país, por tanto, este pacto ha de ser reconsiderado”.
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