De acuerdo con las Fuerzas Armadas de Turquía, los hechos tuvieron lugar durante enfrentamientos con combatientes del PKK, agrupación considerada “terrorista” por Ankara, en las provincias surorientales de Diyarbakir y Mardin.
Diyarbakir, la ciudad más grande del sureste de Turquía, está sometida a tres meses de toque de queda y es epicentro de enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y simpatizantes del PKK.
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