• Agricultores peruanos protestan contra el proyecto cuprífero Tía María.
Publicada: jueves, 23 de abril de 2015 4:49

Un muerto y 11 heridos es el saldo de los enfrentamientos registrados el miércoles entre la Policía peruana y los manifestantes que protestaban contra el proyecto cuprífero Tía María, en la provincia sureña de Islay.

“Un agricultor de 61 años murió de bala en los enfrentamientos con la policía... (un agente) disparó para poder dispersar a los pobladores”, ha explicado Elard Valencia, alcalde de Cochachacra, cuyos habitantes también participaron en la protesta.

La víctima, identificada como Victoriano Huayta, era un agricultor de 61 años, quien recibió varios perdigones en la pierna y perdió la vida en el hospital media hora después de su ingreso.

Policía peruana reprime manifestaciones contra el proyecto cuprífero Tía María.

 

Durante la protesta, los manifestantes, agricultores locales, intentaron tomar los puentes Añashuayco y Pampa Blanca para impedir el paso de vehículos, empero, fueron reprimidos por la policía con el uso de armas disuasivas y gases lacrimógenos.

En el acto, el dirigente Felipe Domínguez anunció la iniciativa de celebrar “una jornada de lucha”, el próximo 27 de abril, es decir, el mismo día que el premier peruano, Pedro Cateriano, se presentará ante el Pleno del Congreso para solicitar el voto de confianza.

Desde el pasado 23 de marzo, los pobladores de la provincia de Islay, mayoritariamente agrícola, mantienen un paro indefinido y enfrentamientos con la policía en protesta por el proyecto cuprífero Tía María de la Southern Perú, filial de la mexicana Southern Copper, que planea producir 120 mil toneladas anuales de cátodos de cobre a partir de 2017.

De acuerdo con los pobladores locales, ese proyecto, valorado en 1400 millones de dólares, contaminará con polvo ácido sus campos de cultivo y el agua del río Tambo, y afectará a su agricultura y el medioambiente.

Es de mencionar que debido a las constantes protestas de los agricultores, a finales de marzo la compañía estuvo a punto de abandonar el proyecto, y el Gobierno debió intervenir para evitarlo.

Desde 2009, los residentes de Islay se oponen al proyecto Tía María y en 2011 murieron tres personas durante una protesta contra esas obras, que se declararon inadmisibles.

En 2013, un nuevo estudio de impacto ambiental lo reactivó, con lo cual se reiniciaron las manifestaciones. Las explicaciones de las autoridades peruanas para convencer a los pobladores no han tenido éxito y todavía continúa el rechazo al proyecto.

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