La marcha, denominada “Travesía por la Justicia”, se inició en Selma, en el estado Alabama, sureste del país, frente al puente Edmund Pettus, donde hace 50 años, en marzo de 1965, decenas de activistas afrodescendientes fueron duramente reprimidos por efectivos policiales.
Marchamos por nuestras vidas, nuestros votos, nuestros empleos, nuestras escuelas. Pedimos reformas políticas reales y necesitamos el apoyo de todo el país", declaró Quincy Bates.
La iniciativa es liderada por la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP, por sus siglas en inglés) y tiene como objetivo llamar la atención sobre las injusticias raciales y reclamar cambios profundos en las políticas de derecho al voto, educación y empleo en Estados Unidos.
“Marchamos por nuestras vidas, nuestros votos, nuestros empleos, nuestras escuelas. Pedimos reformas políticas reales y necesitamos el apoyo de todo el país”, declaró el organizador de NAACP para la región del suroeste, Quincy Bates, a la cadena de televisión NBC News.
Además, busca restaurar la Ley de Derecho al Voto, aprobada hace 50 años y que eliminó la arbitrariedad de los funcionarios de distintos estados a la hora de decidir si permitían a un negro registrarse o no para votar.
En 2013, el Tribunal Supremo inhabilitó una parte clave de esa ley, la que obligaba a los estados a pedir la aprobación federal para hacer cambios en la regulación del voto.
La marcha abarca 1380 kilómetros en cinco estados del sur de Estados Unidos Alabama, Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte y Virginia hasta la capital, Washington, donde llegarán el próximo 11 de septiembre.
Michael Brown (9 de agosto de 2014), Eric Garner (17 de julio de 2014), Dontre Hamilton (30 de abril de 2014), Thaddeus McCarroll (18 de abril de 2015), Freddie Gray (19 de abril de 2015), son algunos de los muchos casos de muertes por la brutalidad y la violencia racial de la Policía contra las minorías raciales.
En los últimos meses, Estados Unidos está atravesando momentos de gran tensión por las protestas antidiscriminación no solo de carácter racial, sino también religioso.

Según las cifras, los ciudadanos negros de EE.UU. mueren 21 veces más que los blancos en enfrentamientos con los agentes policiales.
La situación es tan grave que el mismo presidente norteamericano, Barack Obama, reconoció amplia discriminación racial en la justicia de EE.UU.
haj/ctl/hnb