El caso nuclear de Irán: el juego continúa | Irán Hoy

El 20 de noviembre, dentro de una sala abarrotada de reuniones de la Junta de Gobernadores del Agencia Internacional del Energía Atómica (AIEA) en Viena, se desarrolló una vez más un drama familiar. Con 19 votos a favor, la troika europea —junto con Washington— aprobó otra resolución exigiendo que Irán “coopere plena e inmediatamente” con los inspectores nucleares.

El texto pide a Teherán que entregue datos precisos sobre sus reservas de uranio enriquecido al 60 por ciento y que abra las puertas de sus instalaciones nucleares al personal del organismo, entre muchas otras exigencias.

Pero Teherán ya lo veía venir. Los diplomáticos iraníes habían advertido que cualquier nueva “medida hostil” reflejaría las ambiciones políticas de Occidente, no hechos nucleares. Y señalan lo que consideran el verdadero detonante de la crisis actual: los ataques de junio contra las instalaciones nucleares salvaguardadas de Irán, llevados a cabo por Estados Unidos y el régimen israelí.

Una vez más, el programa nuclear pacífico de Irán se ha convertido en un escenario conveniente para el teatro político, una presión que nunca ha logrado impedir que Irán persiga sus derechos nucleares legítimos.

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