• Detrás de la Razón: ¿En el futuro se tratarán a las personas como bestias? Señales en Tierra Santa
lunes, 4 de junio de 2018 21:42

Matar una enfermera a balazos. Matar a una enfermera que ayudaba a un herido. Matar a una enfermera que solo tenía una venda en las manos.

¿Ese es el pueblo elegido? ¿Esos son los valores del pueblo que dice que lo escogió Dios? ¿O son los valores más siniestros y diabólicos exhibidos al disparar a alguien que atiende heridos? No hay excusa de nada, porque es el valor más básico entendido por los sagrados animales.

A menos, que los sionistas de Israel sigan algunas interpretaciones del Talmud, que dicen que todo aquel que no sea judío, puede ser tratado como una bestia; esta quizá sea la única explicación de cómo los soldados israelíes desprecian la vida humana y se ríen cuando matan a un palestino.

Esta vez, una enfermera. Israel Shamir, un escritor y periodista con raíces más que judías, cuestiona en sus escritos la perspectiva con la que el Talmud (obra y tradición con la que los judíos interpretan y siguen sus escrituras sagradas) es interpretado por muchos judíos, y en la que se asegura que todos aquellos que no lo son, pueden ser tratados como bestias, empezando por aquellos que dicen que el mesías es Jesús, o sea, los cristianos.

Shamir denuncia que la interpretación talmúdica conlleva a pensar y actuar con respecto a los otros que no son judíos, como seres que se encuentran en su forma animal o bestial. Reflexionando sobre esto, quizá podamos entender ahora sí lo que está pasando en la Franja de Gaza.

Desde que comenzó la Marcha del Gran Retorno a finales de marzo, es decir, en dos meses, Israel ha herido a más de 13 000 palestinos, superando la cifra de víctimas de la guerra del 2014 con la cual y bajo el nombre de Operación Margen Protector, el régimen de Israel mató a miles e hirió a más de 10 000 palestinos.

Una cifra mayor no en guerra sino por manifestaciones, solo se puede traducir como guerra o terrorismo colectivo. Y entonces el hecho general explica el singular, la enfermera: Ella es Razan al-Nayyar, de 21 años. De profesión, ayudaba a los enfermos a vivir, o a bien morir. De convicción, sólo quería paz para su patria, una tierra para los palestinos.

“Este es su arma. Este es el arma de mi hija, esto era con lo que estaba resistiendo. ¿Por qué motivo la mató ese soldado? Ella había sido atacada desde el primer día de las protestas, tantas veces había sobrevivido a la muerte”, exclama su madre, sosteniendo la ropa con sangre de su fallecida hija.

Razan, era una enfermera voluntaria. Fue asesinada por disparo de un francotirador israelí, este primero de junio, en Jan Yunis, cerca de la valla fronteriza que tiene secuestrada a la Franja de Gaza. Los soldados del régimen de Israel le dispararon cuando iba a curar a un herido.

Trabajada como enfermera de forma voluntaria desde el inicio de las protestas en Gaza, hace dos meses. “¿Qué culpa tenía mi hija? Llamó al mundo que se quede a mi lado y me ayude a reivindicar el derecho de mi hija. Quiero que el mundo oiga mi voz. Quiero ir a la Corte Internacional contra los sionistas para que todos sepan quién está equivocado. ¿Qué culpa tenía mi hija?”.

Es que ella le decía a su madre, que no tenía miedo, porque se sentía protegida por su chaleco blanco, su chaleco de médico con material de curación. Ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se pide una investigación por todos estos crímenes, pero es imposible porque Estados Unidos usa su poder y veta, ya no digamos la investigación, sino la misma solicitud.

¿Se creen superiores y diferentes a la demás especie humana? El periódico israelí “Times of Israel”, publicó el 29 de julio del 2013, que la oficina del primer ministro de Israel había establecido que los rusos de la antigua Unión Soviética que quisieran emigrar a los territorios ocupados, tendrían que hacerse una prueba de ADN para probar que no eran de otra “raza” más que de ascendencia judía, así o más claro.

Por Roberto de la Madrid

smd/ncl/hnb

Comentarios