• Detrás de la Razón - Oriente Medio: Statu quo en la mira
lunes, 11 de diciembre de 2017 22:27

Tras la decisión de Donald Trump de reconocer Al-Quds (Jerusalén) como capital de Israel, se desencadenó una serie de protestas en el mundo.

Durante una reunión sostenida con la Unión Europea (UE), el primer ministro Benyamin Netanyahu, invitó a los países europeos a "reconocer la realidad" y aceptar a Jerusalén como la capital del régimen. Está convencido de que en un futuro cercano todos o la gran mayoría de los gobiernos harán su anhelado reconocimiento y trasladarán sus embajadas a la considerada ciudad santa.

Al observar esas declaraciones de Netanyahu, caben algunas interrogantes: ¿Está realmente convencido Israel de que nunca ha violado, ni irrespetado el Derecho Internacional, ni la Resolución 181 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de 1947?

¿Desconoce el premier israelí que en 1980 a través de una legislación nacional, el régimen de Israel formalizó su ilegal anexión de Jerusalén Oriental, algo que ya había hecho a la fuerza en la Guerra de los Seis Días, y eso no fue reconocido por la comunidad internacional?

Lo cierto es que la jefa de la Diplomacia de la UE, Federica Mogherini, dejó muy claro el rechazo del bloque a la medida de Washington e incluso sentenció que desde Europa seguirán los diálogos para tratar de revertir dicha decisión. Algo con lo que se puede interpretar, que el régimen de Israel no la tendrá tan fácil como tal vez imaginó.

Varios días después del polémico anuncio, las reacciones en contra de esta política que evidencia la fiel alianza israelí-estadounidense y con la posible venia de Arabia Saudí, se siguen manteniendo firmes.

14 de los 15 miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) se opusieron, Turquía, Irak, El Líbano, Irán, Jordania, varios países latinoamericanos se han expresado por igual.

Incluso, los Estados miembros de la Liga Árabe (LA) instaron a la comunidad internacional a reconocer un Estado Palestino "con Jerusalén Este como capital" y consideraron que Estados Unidos se "retiró como socio e intermediario del proceso de paz" en Oriente Medio.

En general, de todos los lados, advierten de las peligrosas consecuencias que conllevará la respectiva decisión. No es un secreto que este tema va más allá del conflicto histórico entre palestinos e israelíes. Aunque su raíz emerge de allí y se mezcla con aristas religiosas, sociales y políticas, lo que suceda en este sentido puede trastocar el status quo y comprometer aún más las aguas revueltas en esta región del planeta.

Al paso han salido movimientos y organizaciones, como el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), que ha considerado que Washington busca destruir la unidad musulmana y la causa palestina. Su líder, Seyed Hasan Nasrolá, ha llamado a mayores movilizaciones contra la ocupación israelí y a una nueva Intifada.

Más allá de la esfera musulmana, hasta el papa Francisco, máximo jerarca de la Iglesia Católica, pidió que se respete el statu quo de Jerusalén y que se imponga "la sabiduría y la prudencia" para evitar nuevos conflictos.

Lo que hasta el momento se puede interpretar es que el futuro sigue siendo incierto. En días recientes, el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, dijo que el estatus de Al-Quds será negociado por Israel y Palestina y agregó que la embajada estadounidense no se trasladará este año y, probablemente, tampoco en 2018.

Si algo se está flagrando detrás del telón, el tiempo lo dirá, lo que queda de manifiesto es que la conformación del triángulo EE.UU., Israel y Arabia Saudí sigue en el tablero de juego, mientras el pueblo musulmán está en alerta.

En Detrás de la Razón los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es descubrir los ángulos que no dicen los gobiernos ni los medios de comunicación.

El análisis, las preguntas y respuestas a las nueve treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres, siete y Madrid, ocho de la tarde; México y Colombia, una de la tarde.

Por Danny Pérez Díaz

smd/ncl/hnb

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