La tensión sigue alta entre Italia y la Unión Europea (UE) por la cuestión migratoria. La postura de Italia sigue firme. El ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, enfatizó en que no dejará desembarcar a los 150 migrantes que permanecen en el buque Dichiotti, hasta que se llegue a un acuerdo de reparto.
Salvini reiteró que su Gobierno está “irritado” con la Unión, y denunció que los países europeos no han cumplido, hasta ahora, con las cuotas para el reparto de refugiados.
Por su parte, el vice primer ministro italiano, también, reclamó una respuesta europea para la situación del buque Dichiotti, atracado en Catania, prometiendo una línea dura al respecto y retener los fondos para la UE.
Mientras tanto, la Comisión Europea (CE) advirtió que no cederá ante las amenazas de Italia de limitar su contribución al presupuesto comunitario.
El portavoz comunitario enfatizó que encontrar una solución a la situación de los inmigrantes del buque Dichiotti es una prioridad para el Ejecutivo comunitario, y se está trabajando en ello.
Las autoridades portuarias en Sicilia anunciaron que los inmigrantes a bordo del buque italiano han iniciado una huelga de hambre para reclamar que se resuelva pronto su situación y se autorice el desembarco.
Por su parte, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), reclamaron una solución urgente para Dichiotti, exigiendo el apoyo y la colaboración de los países europeos.
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