El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, llevó a cabo un acto de campaña en Diyarbakir, una de las ciudades de mayoría kurda en el sureste del país, donde las fuerzas del orden del país se enfrentaron muchas veces a miles de manifestantes que protestaban contra la mano del hierro del Gobierno contra los kurdos en Turquía y en Siria.
Erdogan, ante miles de partidarios, busca ahora votos para la reelección. El presidente prometió en la campaña seguir luchando con fuerza contra los terroristas que pretenden desestabilizar el país, mientras aseguró que no tiene ningún problema con el pueblo kurdo, como le reprochan activistas y la oposición.
La oposición, por su parte, llevó a cabo su campaña en Estambul. El candidato opositor, Muharrem Ince, del Partido Republicano del Pueblo (CHP, por sus siglas en turco), acusó al Gobierno de Erdogan de discriminar a los kurdos.
Erdogan tacha a Ince y su partido de terroristas, al considerarlos el brazo político del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, por sus siglas en kurdo) y cómplices de actos de violencia.
Erdogan ha emprendido una campaña militar contra los kurdos dentro y fuera del país, después de varios atentados que fueron atribuidos a militantes kurdos. Parte de la población kurda pide su salida, mientras que sectores religiosamente conservadoras de la población kurda siguen apoyando al actual presidente.
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