La marcha es una muestra de solidaridad con la nación siria que vive una ofensiva terrorista desde marzo de 2011, y se celebra un día después de que el jefe de la Oficina de Antigüedades sirias, Mamun Abdulkarim, anunciara que los terroristas habían ingresado en el museo de Palmira (centro de Siria).
Los takfiríes del EIIL (Daesh, en árabe), que se apoderaron el jueves de Palmira, entraron el mismo día en el museo y "rompieron réplicas de yeso que representan (...) la vida en la era prehistórica".
Ante la amenaza de Daesh de destruir las joyas arqueológicas de Palmira, organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés), han advertido sobre el peligro de la presencia de terroristas en esa urbe, considerada la joya del desierto y uno de los sitios históricos más importantes del mundo.
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