El Ministerio de Defensa ruso ha anunciado este martes que los cazas interceptores MiG-31K y los bombarderos Tu-22M3 de largo alcance llegaron a la base aérea rusa de Hmeimim, en la provincia de Latakia, en el oeste de Siria, ha informado la agencia de noticias rusa Interfax.
Según la Cartera, los aviones de combate fueron trasladados al aeródromo de Hmeimim para participar en el ejercicio naval en la parte oriental del mar Mediterráneo.
El misil hipersónico Kinzhal tiene una velocidad de más de Mach 5 (o cinco veces la velocidad del sonido) y gracias a su enorme velocidad, puede simplemente pasar por alto todos los sistemas de defensa aérea en posesión de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), liderada por EE.UU. El misil Kinzhal puede alcanzar objetivos a una distancia de hasta 2000 km (1243 millas).
Rusia envió aviones de combate con misiles Kinzhal por primera vez el año pasado después de expandir la pista en la base de Hmeimim para manejar esos aviones, ha indicado Rob Lee, analista militar del Instituto de Investigación de Política Exterior con sede en Estados Unidos, citado por la agencia de noticias británica Reuters.
El analista militar ha explicado que los despliegues apuntaban a la creciente presencia militar de Rusia en Asia Occidental y su capacidad para operar en diferentes regiones y proyectar su poder.
Moscú además anunció el 20 de enero que su Armada organizará una serie de ejercicios en los que participarían todas sus flotas, desde el Pacífico hasta el Atlántico, con 10 000 soldados, 140 buques de guerra y decenas de aviones, un evento que se lleva a cabo en medio de una escalada de tensiones con Occidente sobre Ucrania.
Las misiones rusas llegan en un momento en que un grupo de portaviones de la OTAN están presentes en el Mediterráneo, entre ellos el portaaviones estadounidense USS Harry S. Truman, el portaviones francés Charles de Gaulle y el portaviones Cavour de la Marina italiana, junto a un grupo de barcos de apoyo logístico y destructores.
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