La tensión sobre Ucrania ha llevado a Rusia, a varias autoridades europeas para discutir la situación. Esta vez, el ministro británico de Defensa, Ben Wallace ha viajado a Moscú, la capital.
En una reunión con su homólogo ruso, Serguéi Shoigú, el máximo responsable de la Defensa británica reiteró las acusaciones antirrusas de sus socios occidentales y le alertó a Moscú sobre las consecuencias de una eventual invasión a Ucrania.
El ministro ruso de Defensa respondió que Moscú no tiene la culpa por la intensificación de la coyuntura política en Europa, sino que la tiene la decisión de Estados Unidos a la cabeza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que lidera, de llenar la región con tropas y armamentos, mientras el Kremlin dice no entender la razón.
El alto mando castrense ruso, asimismo, lamentó que los lazos bilaterales entre Moscú y Londres estén “cerca de cero”, debido a las contribuciones bélicas a Ucrania que está realizando el Reino Unido, junto a las de otros países miembros del bloque militar occidental.
Shoigú también expresó su deseo de que sea posible abordar con su homólogo británico temas urgentes sobre la reducción de esas tensiones, así como la propuesta rusa dirigida en diciembre a la OTAN y a Estados Unidos para que haya unas garantías de seguridad vinculantes de que la Alianza Atlántica no se expandirá más al este y no se emplace armamento ofensivo cerca de las fronteras rusas. Añadió que Rusia responderá en breve la respuesta de Occidente que recibió en enero.
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