“La sangre derramada del mártir [comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem] Soleimani reavivó el espíritu de la lucha contra la arrogancia mundial entre las naciones libres”, ha subrayado este martes el comandante de la Fuerza Terrestre del Ejército de Irán, el general de brigada Kiumars Heidari.
Soleimani, símbolo de la lucha contra el terrorismo en la región de Asia Occidental, fue asesinado el 3 de enero en Bagdad, capital iraquí, en una operación terrorista perpetrada por orden directa del presidente estadounidense, Donald Trump.
“El legado del general Soleimani se mantiene vivo para las naciones libres y los musulmanes de todo el mundo, ya que él, pionero en la lucha contra la arrogancia, demostró al mundo la verdadera cara de la hegemonía mundial”, ha destacado el alto mando castrense.
En cuanto a la lucha contra el terrorismo en la región, el general de brigada Heidari ha descrito como “central” el rol que desempeñó Soleimani en la destrucción del grupo ultraviolento Daesh en Irak y Siria.
El domingo y a pocos días de cumplirse el primer aniversario del asesinato del general Soleimani, Teherán dio a conocer una lista de 48 estadounidenses involucrados en el ataque terrorista e insistió en que EE.UU. debe rendir cuentas por el crimen que cometió.
Cinco días después de dicho asesinato, Irán, en represalia, bombardeó dos bases militares de EE.UU. en Irak, incluida la de Ain al-Asad, operada por las tropas estadounidenses desde 2003.
El crimen de EE.UU. contra Soleimani y sus compañeros generó un consenso contra Washington, tanto en Irak como en Irán. Las autoridades persas consideraron el ataque un “acto de terrorismo internacional” y prometieron una dura venganza contra EE.UU.
El Parlamento iraquí respondió, por su parte, al ataque terrorista, considerado una violación flagrante de la soberanía de Irak, aprobando en enero una resolución en la que exigía la expulsión de las tropas norteamericanas del país árabe.
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