Publicada: lunes, 14 de octubre de 2019 12:24
Actualizada: lunes, 14 de octubre de 2019 19:21

La guerra asesina contra la República Árabe Siria sigue siendo una guerra con particularidades propias, fuera por su forma o por sus desenlaces.

Capítulos infinitos de guiones con marionetas movidas por manos criminales en los cuartos oscuros donde los dueños de las guerras ofrecían sus “mejores ideas’’ compitiendo en el escenario para postularse al premio del “más perverso’’ o el “más sanguinario’’ o el “más traidor’’ o el “más destructor’’…

La carrera por los premios parece a las turbas hambrientas despedazando una res, o a una jauría de hienas peleando un mordisco de la presa, empiezan unidos para capturarla, y a la hora de comerla terminan en una batalla campal matándose entre sí.

Cuando Turquía abrió sus fronteras para enviar a los terroristas al territorio sirio, los aliados en el “cuarto oscuro’’ enviaban todo los que estaba a su alcance para la masacre aberrante digna de ser llamada “genocidio con crímenes de guerra de lesa humanidad’’; por un lado, entre “países civilizados’’ como EE.UU., Gran Bretaña, Francia y muchos países europeos que frotaban sus manos, esperando los resultados y los cheques millonarios para facilitar ventas clandestinas de armas, a través de sus “entrenados y profesionales señores de la guerra’’, curtidos e invisibles vendedores de armas en no dejar rastros y hacer milagros, y por el otro lado, otros países, los cuales de “civilizados’’ tienen muy poco, cuyas manos se acostumbraron a mancharse de sangre inocente de los países que los rodean, también son, curtidos conspiradores y traidores con una particularidad de ser solamente demasiado ricos, del resto, no los une nada con lo humano y menos humanístico; su historia, desde la época otomana hasta la actualidad, es una historia nefasta llena de masacres, genocidios, limpiezas étnicas y religiosas, llena de atropellos, vejaciones, traiciones y avaricia y son: las monarquías “árabes’’ del Golfo Pérsico, Israel y Turquía. Estaban todos en paz y armonía.

La llamada “Revolución Siria’’ rápidamente se transforma en una salvajada bárbara. Se llenan las pantallas nuestras de imágenes, repartidas por los medios y a través de las Redes Sociales también, de una cantidad de aberraciones nunca vistas, pero si, sucedidas y usadas a través de la historia por la “humanidad’’ como un mecanismo para sembrar el terror y quebrar la valentía de los pueblos conquistados o invadidos, con una variedad de métodos y técnicas propias de las autopsias, pero esta vez, en seres vivos, acompañadas por alaridos y arengas de los verdugos alabando, mientras procedían a mostrar su “hombría’’ y salvajismo.

En el escenario también, aparecen dos proyectos principales con ideologías y intereses distintos, pero, durante algún tiempo estaban juntados alrededor de un negocio:

A) el proyecto turco con la ideología de la Hermandad Musulmana a través de la mayoría suní árabe en Siria, una ideología y corriente política prohibida en el país debido a su interés permanente de derrocar al fundador y el mentor de origen Alawita (chií) de lo que conocemos como la República Árabe Siria, padre del actual Presidente el Doctor Bashar al-Asad, el difunto Hafez al-Asad.

B) el proyecto kurdo “separatista’’ representado por los milicianos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, por sus siglas en kurdo) con otras facciones kurdas en el norte y oriente del país sirio, cuya zona es considerada el granero de siria como también la zona estratégica en reservas de petróleo, gas natural y fosfato. El PKK es también un movimiento prohibido en Siria por un acuerdo firmado entre Turquía y Siria en 1998 conocido como el Pacto de Adana, entre sus clausulas existen dos, que son importantes para el tema aquí: el cese y la prohibición de cualquier tipo de ataques u operaciones militares por parte del PKK desde o a través del territorio sirio contra los territorios turcos, y la otra es, la que permite a Turquía incursionar una distancia de 5 kilómetros dentro del territorio sirio a lo largo de la frontera, en estricta necesidad para proteger la seguridad nacional turca, en caso que los del PKK sigan realizando sus operaciones y el Estado sirio no lo pueda controlar.

Estos dos proyectos, después de la aparición de Al-Qaeda y mas adelante el (gruopo terrorista) Daesh, encontraron un espacio en común dentro del odio histórico que tienen ambos: Turquía la que los masacró y los desplazó por ser kurdos dentro de sus limpiezas étnicas históricas al estilo del genocidio armenio, y el PKK que odia a Turquía, pero también dolido por la prohibición siria. “por la plata baila el perro’’ dice el refrán: el saqueo del petróleo sirio fue la fuente principal para que los grupos terroristas ubicados entre el oriente del Éufrates hasta el nororiente de Siria, que, gracias a este negocio, tenían acceso a todo lo que necesitaban, desde “armas adicionales’’ fuera de las enviadas y pagadas por el petrodólar de las monarquías, hasta el efectivo en dólares para el pago de las nominas de los “combatientes’’. Y hasta el momento, después de que las caravanas de miles de carrotanques turcas fueron bombardeadas por la aviación rusa en el 2015 para cortar la vena principal del financiamiento a los terroristas y a Turquía también, ciertos líderes mafiosos del PKK seguían comerciando con el petróleo enviándolo a Turquía.

A raíz de la histórica y heroica lucha del pueblo sirio, su Ejército Árabe Sirio bajo el mando de su Presidente, los cálculos de los autores, actores y ejecutores, no cuadraron. El proyecto de la Hermandad Musulmana choca con el Wahabita representado en el Daesh: Catar y Turquía empiezan a acumular a los miembros del Ejercito Libre Sirio (ELS) en la zona de Idlib, el norte de Hama y Alepo; Arabia Saudí y Emiratos a recibir a sus terroristas entre el suroriente del país y el oriente del Éufrates. El Daesh empieza a expandirse hacia los territorios donde los Kurdos tenían su autonomía otorgada por el Estado sirio—y no como se trata ahora de decir que ‘’los kurdos no tenían derechos en Siria’’—, el ejército sirio no tenía la capacidad todavía para dejar la “zona vital’’ prioritaria para la existencia del mismo Estado sirio; se les envió armas y suministros a los kurdos para que se defendieran junto al Ejército sirio que quedó atrapado en aquellas zonas, mientras que la liberación de los territorios permitiera la llegada definitiva para liberarlos. Mientras el Ejército Árabe Sirio abría camino hacia Deir Ezzor hacia el oriente, liberaba a Alepo hacia el norte, los del PKK estaban en otro plan: por la autonomía otorgada optaron por pedir ayuda de los principales enemigos históricos del Estado sirio, a EE.UU. y a Israel. El primero entró por Irak y puso puntos de observación, y el segundo envió “asesores y orientadores’’ fuera de “ejecutivos’’ para ayudar en el negocio del petróleo a través del Kurdistán Iraquí.  

Las derrotas de los grupos terroristas en todas sus formas —conocidos como “los agentes’’ o representantes de los “originales’’— hizo que la “coalición y socios de estados’’ auspiciadores de esta guerra contra Siria, entraran directamente al terreno. Turquía se une obligada a Rusia e Irán para buscar soluciones; las monarquías financian la presencia de las tropas de EE.UU. y algunas tropas europeas que llegaron supuestamente a proteger a las zonas kurdas del Daesh y terminan saboteando el avance del Ejercito Árabe Sirio hacía el oriente en el sur y el centro de Siria, donde hicieron unas zonas seguras para miles de terroristas de Daesh en Al-Tanaf (zona fronteriza entre Irak, siria y Jordania), como también, cerca de Deir Ezzor y el oriente del Éufrates; los del PKK se encargaron de convertirse en una especie de caballo de Troya, por fuera una imagen de luchadores por su dignidad y su existencia, y por dentro en una fuerza que ejerce un papel traidor a su propio pueblo kurdo en primer lugar, tomando decisiones con las cuales no todas la fuerzas kurdas están de acuerdo, y en segundo lugar, se convierte en una fuerza de persecución y cierta limpieza étnica de poblaciones árabes —los cuales los recibieron cuando los turcos los masacraban y los desplazaban—, se convierten también en reclutadores de menores a la fuerza para formarlos como combatientes en sus filas y en una especie de contrabandistas y extorsionistas donde comercian con petróleo y minerales; el trigo y el algodón lo compran a los campesinos de su región al precio subsidiado y con la moneda siria, para venderlos a Turquía e Irak, pero en dólares. Israel en la zona de Daraa al sur trata de crear también su propia zona de influencias y fue atajada de manera contundentes.

Así que, las hienas terminaron peleando o espantadas: Turquía con Catar terminan en una guerra contra Arabia Saudí, Emiratos y Baréin, el proyecto de la Hermandad Musulmana frente al del wahabismo saudí. Países “Civilizados’’ en contra de Turquía por la operación realizada contra los del PKK. Francia e Israel pierden el sueño de ver a un Kurdistán sirio. Trump y Gran Bretaña sin fuerzas aliadas en el terreno que den la talla en su traición y que sean “mercenarios fieles’’ y han perdido la credibilidad. Un zafarrancho por completo.

Lo que estamos viviendo y viendo hoy en día es el choque entre dos proyectos principales que fueron eran la base de la destrucción de la Republica Árabe Siria, dentro del gran plan elaborado por las potencias y sus secuaces en la zona. Llegó el momento para ver a un presidente de un gran país haciendo discursos dictando cátedras de moral siendo el principal asesino del pueblo sirio, con ansias de realizar el sueño de ampliar sus fronteras hasta Alepo y al mismo tiempo con problemas internos políticos graves. Extorsiona a Europa y la amenaza, agrede al presidente de Siria al cual traicionó y lo apuñaló por la espalda después de ser recibido en Damasco y gozado del trato generoso y tradicional del pueblo sirio. Un criminal de guerra que causó la muerte y el desplazamiento de centenares de miles de sirios, y sin pudor ni ética alguna, habla de su “preocupación’’ por este noble y gran pueblo, un pueblo que nunca le va a perdonar a Erdogan su traición, su complicidad y su auspicio a la guerra contra Siria.

Los del PKK, hacen lo mismo: por un lado, extorsionan a los europeos con los 12 mil terroristas del Daesh que se encuentran en calidad de “prisioneros de guerra’’ de todas las nacionalidades: árabes, asiáticos y europeos -bajo la vigilancia de EE.UU. también-, cuyos países no quieren recibir; usándolos también como una amenaza directa contra la zona, algo que escuchamos en los mensajes que envían miembros de la administración Trump donde expresan su “preocupación seria’’ sobre la posibilidad del “resurgimiento del Daesh’’ otra vez, nos dicen eso, después de rompernos los témpanos con los discursos de su presidente durante meses, hablando de su “victoria aplastadora’’ contra este engendro terrorista creado por ellos mismos según el mismo Trump, el cual por un lado, le da la luz verde a Erdogan para realizar su operación, al mismo tiempo, amenaza a Turquía con sanciones y “destrucción total de su economía’’ en caso que pase los limites.

Y mientras tanto, miles de inocentes civiles del pueblo sirio se encuentran entre la espada de los asesinos del Ejercito Nacional Sirio bajo el auspicio de Erdogan y sus “tropas elites’’, con sed de venganza y de sangre, para vengar lo que ellos llaman: “la sangre de los suníes’’; vengarse de los “kurdos’’ y el resto de la población que no tiene nada que ver con el PKK, pero si, ellos no dejaron ni a Daesh ocupar su territorio, y menos aceptaron aliarse con el asesino, terrorista y sectario Ejercito Libre Sirio, y la pared, donde, esta población civil se encuentra usada como escudo humano por parte del PKK y bajo los auspicios de EE.UU.

Frente a este escenario, muchos han preguntado sobre el papel de Rusia, de Irán y del mismo Estado sirio. Muchos han analizado mal y muchos han tratado de sugerir “traiciones’’, “acuerdos secretos’’ o “conspiraciones’’. Ninguno de los anteriores.

Según el profesor Naser Khandil, en su último análisis dirigido hacia los analistas, periodistas y a una gran gama de pensantes e intelectuales sobre la situación actual de siria, explica detalladamente sobre la posición de los aliados de Siria frente a la invasión turca y sobre los del PKK. El profesor Khandil los considera el “mismo mal’’ y que existen tres posibilidades actualmente como resultado de este choque:

  1. Si ganan los grupos terroristas del Ejercito Nacional Sirio que trajo Erdogan bajo su bandera, a los del PKK, quedarán solos como objetivo del Ejercito Árabe Sirio igual a los de Idlib.
  2. A que se desgasten los dos en una guerra campal, que será un momento propicio para que el Ejercito Árabe Sirio entre y acabe con los dos.
  3. Que EE.UU. juegue un papel entre los dos y que no deje que ninguno gane definitivamente o logre algo significativo, esto llevará a las dos partes, o a alguno de ellos, acudir a la ayuda del Estado Sirio.

El profesor Khandil considera que la segunda opción será la más probable, donde señala “que ambos bandos han cometido errores garrafales, y que ambos son instrumentos traidores usados por fuerzas foráneas y trabajan para una agenda ajena y extranjera…’’ y que el Estado sirio no está dispuestos a sentarse con ninguno.

“El Estado Sirio no está dispuesto a aceptar nada de negociaciones ni con Turquía antes de entregar a Idlib y solucionar el tema del grupo terrorista Al-Nusra, la retirada de las tropas turcas y volver a acuerdo de Adana. Con los del PKK, Siria no está dispuesto a entregar una tabla de salvación a UN movimiento separatista traidor bajo ninguna circunstancia…’’, afirma el profesor Khandil.

Rusia e Irán respaldan la posición y la decisión del Estado Sirio, donde se encuentra en la posición del observador que decide la “hora cero’’ para actuar según la conveniencia estratégica. Los dos aliados saben que tarde o temprano Erdogan terminará aceptando los consejos sugeridos por ellos antes de realizar la operación “Manantial de paz’’ -un nombre escalofriante para una operación tan asesina y sanguinaria-, pero Erdogan, en su afán de entrar y tratar  de posicionar a su proyecto de Hermandad Musulmana en el tablero de la zona, lo ha llevado a cometer este paso en falso, donde Rusia e Irán ven que: por un lado con esta operación hace un favor al Estado sirio en debilitar el proyecto separatista del PKK eliminando grupos que han traicionado a Siria, y por el otro lado, entra en el pantano de las futuras resistencias contra sus tropas y los grupos terroristas bajo su bandera, terminando de todos modos frente al Ejercito Árabe Sirio liberando estos territorios ocupados del país, y termina Erdogan sometiéndose al acuerdo de Adana y las leyes internacionales…

Amanecerá y veremos…

Aleksander Nagi

Asesor privado en temas de Oriente Medio.