En el partido, que terminó 3-1 a favor de Valencia, además de la trifulca de los jugadores y el cuerpo técnico, hubo muchas faltas y hasta 10 tarjetas amarillas y una roja para el Getafe.
Valencia logró remontar el marcador en el tiempo de descuento al anotar dos goles, consiguiendo así el pase a semifinales del torneo, con un resultado global de 3 a 2, y desatando la algarabía en Mestalla.
Pero el enfrentamiento ya se venía calentando desde el partido de ida de los cuartos de final con acaloradas declaraciones tanto de los futbolistas de ambos equipos españoles.
Tras el pitazo final, las emociones estallaron e incluso los agentes de seguridad tuvieron dificultades para calmar a los protagonistas de esa gran pelea.

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