Los recientes arrestos se realizan en el marco de la política de mano dura aplicada por el actual Gobierno egipcio, respaldado por militares, contra los opositores.
Después del golpe militar que sacó del poder en julio de 2013 al expresidente Mohamad Mursi, Egipto declaró “organización terrorista” a los HHMM (movimiento en el que milita Mursi) e ilegalizó las actividades de este grupo fundado en 1928.
Más de 15.000 miembros de los HHMM o simpatizantes han sido detenidos y cientos han recibido condena máxima en procesos sumarísimos y despachados en cuestión de minutos, un proceso que las Naciones Unidas considera “sin precedentes”.
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