Citado este jueves por los medios, Padilha justificó que el presidente de facto busca “cumplir bien” su mandato y reconstruir el país, sacando a la nación suramericana de la crisis económica que sufre en lugar de buscar de nuevo el cargo.
Las explicaciones del titular brasileño tienen lugar mientras Temer, según las encuestas, es el presidente más impopular de la historia reciente de Brasil, a lo que se une el hecho de que tampoco cuenta con el apoyo de la formación centro-derecha a la que pertenece.
En tal sentido, Padilha aseguró que el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) no formará parte de la “base de apoyo” al Gobierno de facto.
No obstante, agregó el ministro de la Presidencia, Temer podría decidir mantener en sus cargos a los tres miembros del PMBD, que solían presentarse a las elecciones en una coalición de apoyo al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) de derecha o al Partido de los Trabajadores (izquierda).
Los socialdemócratas brasileños están divididos entre los que optan por apoyar al presidente en las venideras elecciones y otros que prefieren distanciarse de él por su baja popularidad pública, además de los cargos de corrupción que le pesan.
De acuerdo con una encuesta elaborada por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, publicada en septiembre, el 3 % de los encuestados consideró “bueno” el Gobierno de Temer frente a un 77 % por ciento, que lo consideró “pésimo o malo”. Un 16 %, a su vez, lo valoró como “regular” y el 3 % restante se negó a responder.
Un nuevo sondeo ha revelado que el expresidente izquierdista de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) ganaría en la primera vuelta las presidenciales previstas para el próximo octubre.
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