A mitad del viaje, en un desierto llamado Karbala, se toparon cara a cara con un ejército enviado por el califato Omeya. Se desató una guerra injusta y todos los hombres de la caravana fueron asesinados. Sus mujeres e hijos fueron tomados como prisioneros.
Desde entonces, todos los años, en Arbaín, que marca el cuadragésimo día después de este suceso, un gran número de personas, de manera simbólica y en recuerdo de ese hecho, caminan a pie durante 75 kilómetros, desde Nayaf hasta Karbala, el lugar del martirio del líder de la caravana.