Hambruna planeada en Gaza: Sionismo y cinismo | El Frasco, medios sin cura
Nuevo programa de El Frasco: Medios sin cura, el programa que aborda las noticias de la semana y el rol de los medios masivos, con un toque de ironía.
Mientras organismos internacionales denuncian y documentan la hambruna en Gaza, el criminal Netanyahu dice que se trata de una “mentira descarada” sin presentar ningún elemento que vaya más allá de una frase. Pero todo es tan evidente, que hasta Donald Trump salió a desmentirlo.
En este sentido, el antropólogo británico Alex De Waal, denuncia: “No hay otro caso en la historia moderna en el que se haya producido una hambruna con tanta precisión. A una hora de coche, o incluso a menos de una hora de coche”.
Mientras tanto, medios como el New York Times parecen esforzarse más por encubrir a los genocidas que por informar lo que está ocurriendo al lanzar titulares como “Los gazatíes se mueren de hambre”, sin señalar por acción de quién.
Al mismo tiempo, vemos cómo las fuerzas policiales en Estados Unidos siguen reprimiendo las manifestaciones a favor de Palestina y como el presidente de ese país le hace bullying a los países que amagan con reconocer al estado palestino.
Lo cierto es que mientras el mundo sigue siendo testigo del sufrimiento que Israel les inflige a los nativos, colonos partidarios de Netanyahu no sólo se burlan de la alarmante situación de niños, mujeres y ancianos de Gaza, sino que además, en muchos casos manifiestan estar “disfrutando” de ese padecimiento. Puro sadismo.
Esto ocurre mientras en Cisjordania un colono terrorista asesinó al activista palestino Awdah Hathaleen, que colaboró con el documental “No Other Land”, ganador del premio Oscar. Al colono, la “justicia” israelí lo premió dándole arresto domiciliario. Se trata del mismo extremista al que Trump condonó al asumir.
Hablamos de todos estos temas con la brigadista Valeria Cortés, que nos relata su experiencia al haber estado colaborando y asistiendo a los palestinos en medio de los bombardeos israelíes sobre civiles en Gaza.
Los medios dominantes tal vez no tengan cura, pero al menos dudemos de aquellas “píldoras” que pretenden que consumamos.
dgh/rba