Detrás de la Razón: El arma nuclear que hace temblar a EEUU, China y Rusia: Kim vence a Trump
Corea del Sur era la más entusiasmada, agitaba ya sus banderas y lanzaba serpentinas porque creía que de la reunión entre Trump y Kim iba a resultar todo un éxito.
Según ellos, vivir sin los nervios de desaparecer si un día se le ocurre a Kim Jong-un apretar el botón y lanzar uno de sus misiles atómicos sobre su vecina del sur. Pues no pasó, pasó lo contrario, como usted debe de saber, en un arrebato hasta dejaron la comida caliente y los trastes puestos, pero la Cumbre en Vietnam de los mandatarios nucleares se rompió, y fracasó el intento de empezar a dibujar con cosas reales la paz.
Lo menos que se esperaba para la cumbre es que EE.UU. aceptara reducir las sanciones y el líder norcoreano, Kim Jong-un, comenzara a desnuclearizarse, pero no solo eso no pasó, sino que rompieron la cumbre, abandonaron la segunda reunión y dejaron con incógnita a todo el mundo, porque ahora además se contradicen entre sí. El presidente Donald Trump dice que el culpable fue Kim, y Kim viceversa.
“Básicamente ellos querían que levantáramos las sanciones de forma íntegra, y nosotros no podíamos hacer eso. Estaban dispuestos a desnuclearizar una gran parte de las áreas que queríamos, pero no podíamos levantar todas las sanciones, de modo que seguiremos trabajando y veremos qué pasa, pero no podíamos aceptar esa sugerencia en particular. Tuvimos que retirarnos”, alega Trump.
Le contesta Ri Yong-ho, ministro de Exteriores de Corea del Norte: “Ofrecimos una propuesta realista en esta reunión. Si EE.UU. elimina una parte de las sanciones, principalmente los artículos de sanciones que obstaculizan la economía civil y el sustento de nuestra gente en particular, desmantelaremos permanente y completamente todas las instalaciones productivas de material nuclear en Yongbyon, incluyendo las de plutonio y el uranio en China”.
Corea del Sur y China piden que arreglen cuanto antes las cosas. ¿Quién perdió y quién ganó? Quizá todos, incluidos todos nosotros, porque no estamos más cerca de la paz ni de la claridad con la que se debe seguir un camino pacifista. Legalmente las dos Coreas siguen en guerra, y no hay un hecho firmado. No podemos negar tampoco, que la máxima presión ha bajado, y el tono sorprendentemente cambiado, ya no existe ese fuego y furia con los que Trump amenazó atacar a Corea del Norte, ni las palabrotas de Kim contra el mandatario estadounidense, ni los videos donde EE.UU. acaba en llamas.
¿La cumbre fue un fracaso? Pues creo hay que cuestionar ese adjetivo. Si bien no se logró nada, sí en reacción colateral. Trump ha decidido cancelar los ejercicios militares a gran escala que hacía año con año su Ejército junto con el surcoreano, frente a la nariz de Corea del Norte, evento que ponía furioso al Gobierno de Kim que lo tomaba como si el vecino te apuntara con una pistola a la cabeza. Ya no hay tampoco pruebas temerarias de misiles ni de explosiones nucleares.
¿Qué tanto se está avanzando? También hay que cuestionar esto, porque ambos son muy inteligentes, y lo que puede ser muestra de buena voluntad puede ser bien una jugada maestra para ganar tiempo o para hacer “bluff” en este juego donde se juegan muchas cosas: el poder de Kim, su herencia en el Gobierno, la capacidad económica de Corea del Norte, el surgimiento de una nueva potencia, el comercio con Corea del Sur y Japón, la seguridad nuclear de la vecindad del Océano Pacífico, y la vida y bienestar de millones de personas sobre todo los coreanos, que desde 1953 merecen dignamente cerrar el capítulo del “stand by”.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) informa que el reactor del complejo nuclear de Yongbyon, clave para la producción de armas nucleares de Corea del Norte, lleva meses cerrado y sus actividades continúan suspendidas: No hemos observado ninguna indicación del funcionamiento del reactor de 5MW desde principios de diciembre de 2018.
Así como tampoco hay ninguna indicación de actividades de reprocesamiento en el Laboratorio de Radioquímica, aclara Yukiya Amano, director general de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, el mismo que verifica que Irán no esté produciendo Uranio grado militar para construir una bomba atómica.
En Detrás de la Razón, nosotros preguntamos, los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es detectar las aristas que no nos dicen. El análisis, las preguntas y respuestas a las nueve treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres, seis y Madrid, siete de la noche; México, doce, y Colombia, una de la tarde.
Por Roberto de la Madrid
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