El Frasco, medios sin cura: Una Revolución, talón de Aquiles del imperialismo
Un repaso a través de diferentes medios y testimonios de los sucesos en Irán que desembarcaron en el surgimiento de la Revolución Islámica el 11 de febrero de 1979.
“Significa un antes y un después para la historia de la humanidad”, afirma un analista, pero, ¿Por qué?
Ya en los años previos, el descontento popular se hacía notar en el país persa, ya que “toda la riqueza en torno a un gobernante corrupto nunca le llegaba al pueblo ni en educación ni en ningún otro aspecto”.
La corrupción, la falta de religión y la injusticia social eran algunas de las causas de las protestas populares, que crecieron día a día ante un gobierno genuflexo a los poderes imperiales.
El shah de Irán, Mohamad Reza Pahlavi, era entonces un títere que le “dejaba el grifo abierto a EE.UU. sin ningún límite para llevarse el petróleo iraní”.
¿Será por eso que George H. W. Bush padre dijo años después “recuerdo cuando teníamos buenas relaciones? ¿Acaso era a expensas del bienestar del pueblo?
Fue así que el pueblo, harto de tantas injusticias, decidió cambiar su propio destino bajo el liderazgo quien era su referente: el Imam Jomeini (que descanse en paz).
Así, la derrota del shah de Irán implicó la liberación de Irán de la sumisión a la política exterior estadounidense y británica, cortando, por ejemplo, la provisión de petróleo que recibía Israel indirectamente a través de Estados Unidos.
Desde entonces, Irán ha pasado de ser uno de los mejores aliados de EE.UU. en la región, a ser uno de sus más veteranos enemigos.
Ante este panorama, los perdedores (EE.UU., Inglaterra y sus aliados) no se quedaron de brazos cruzados de inmediato comenzaron la ofensiva, que por supuesto, necesitó de la manipulación mediática para poder llevarse a cabo.
No escatimaron recursos a la hora de atacar la Revolución: Guerra Irán-Irak con el uso de armas químicas avalado por EE.UU., un avión de línea iraní derribado, sanciones cada vez más cruentas y una extensa guerra mediática y propagandística, con Hollywood fijando estereotipos burdos y racistas.
Además, hablamos sobre el antes, el después y el futuro de la Revolución Islámica con el sheij de la mezquita Al-Imam, Abdalá Madani.
Los medios dominantes tal vez no tengan cura, pero al menos dudemos de aquellas “píldoras” que pretenden que traguemos.
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