• Detrás de la Razón - Amenaza de guerra en Oriente Medio: Irán en la mira de Arabia Saudí
lunes, 6 de noviembre de 2017 0:33

La confrontación de fuerzas, el disgusto porque la razón del otro se imponga, pero sobretodo la venganza del fracaso, podrían provocar una guerra muy cercana.

Eso si todos los actores que juegan en Oriente Medio, comenten un error o calculan a destiempo la respuesta de su adversario. Creo que no se podría definir mejor lo que el día de hoy está pasando en esta región y que tiene con los ojos bien abiertos a Riad, Teherán, Washington, Tel Aviv, por lo menos.

¿Cuáles son los signos de alarma? Hace unas horas, el régimen de Israel dio la orden de desplegar el sistema Cúpula de Hierro cerca de El Líbano. El Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), en palabras de su secretario general, Seyed Hasan Nasrolá, se reporta listo para defender al pueblo libanés.

¿Cuál es la punta del iceberg? La sorpresiva renuncia del primer ministro de El Líbano, Saad Hariri, que significa un misil terrible contra su propio país porque destruye la frágil convivencia política que está jalada por diferentes actores rivales, políticos, ideológicos y sociales.

La sorpresiva renuncia provoca un terremoto político que probablemente debilite y desestabilice al país. La renuncia además es tan extraña como extraordinaria, no se hace frente al Parlamento libanés, sino que el ministro la hace en el Arabia Saudí; desde ahí, cual si fuera un refugiado, denuncia que El Líbano está viviendo días de horror político y que teme por su vida. En sus declaraciones, señala a Irán de meter las manos en El Líbano, y se despide augurando la victoria para el mundo árabe.

¿Qué en realidad esconde todo esto? Podríamos analizar tres vertientes. Una, que es un show político del primer ministro, que busca su propia agenda y que es resultado de los problemas internos dentro de El Líbano.

Dos, que Irán lo presionó a alinearse, a su ideología y el ministro escapó, lo cual suena extraño porque, Irán en caso de que lo quisiera, tiene al aliado Hezbolá con representación en el Parlamento libanés.

Tres, la triada Arabia Saudí, Estados Unidos, el régimen de Israel. Sobre todo en este caso, Arabia Saudí. Al ver que ha perdido todas su apuestas y frentes en Oriente Medio (no pudo ganar en Siria, no pudo ganar en Irak, no ha podido ganar en Yemen, entonces) podría provocar una nueva turbulencia ahora en El Líbano, que de hecho tiene años haciendo presión sobre su política interna. Y el objetivo parecería ser muy claro, no les gusta que Irán tenga influencia en la región y quieren eliminarla ya.

A este rompecabezas le podemos adjuntar las recientes sanciones de Estados Unidos a Hezbolá y el ánimo de señalarlo grupo terrorista, para que haga más sentido. Además los saudíes han llamado a eliminar a este grupo de resistencia libanés, el mes pasado, el ministro para asuntos del Golfo Pérsico de Arabia Saudí, Thamer al-Sabhan, dijo que hay que derrotarlo.

Todo esto además hace más sentido, al enterarnos que el renunciado Hariri justamente días antes había visitado al mismo ministro saudí, quien había vaticinado lo siguiente: “Una reunión larga y fructífera con nuestro hermano, el primer ministro Saad Hariri, donde acordamos muchas cosas de interés para el pueblo libanés. Dios está dispuesto a que lo que viene a continuación sea para mejor”. No olvidar “lo que viene a continuación”.

Entonces, con todo esto: ¿Hariri escapa de El Líbano para salvarse por su vida y culpar a Irán, o estaba todo planeado por Arabia Saudí para quedar como la buena del cuento que acaricia a los desprotegidos?

En Detrás de la Razón: los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es descubrir los ángulos que no dicen los Gobiernos ni los medios de comunicación.

El análisis, las preguntas y respuestas a las nueve treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres, siete y Madrid, ocho de la tarde; México y Colombia, una de la tarde.

Por: Roberto de la Madrid.

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