10 Minutos: No al Acuerdo del Siglo
A finales de junio, Baréin acogió el foro “Paz para la prosperidad”. El objetivo era discutir la parte económica del plan del presidente de Estados Unidos para resolver el conflicto palestino-israelí.
El liderazgo palestino ya había boicoteado la cita poniendo en tela de juicio la credibilidad del evento. Sin embargo, un error estratégico en el plan de paz de Donald Trump, reflejado en el taller, ha hecho que el plan sea aún menos creíble para la comunidad internacional.
El problema principal radica en el enfoque orientado a los negocios de la Administración de Trump a la hora de tratar los asuntos políticos. Sin embargo, adoptar un enfoque económico junto a una visión política, como una solución de dos Estados para el conflicto, no es ninguna novedad. Lo novedoso es que el plan de paz de Trump, desarrollado por su alto asesor Jared Kushner, prácticamente ha excluido las consideraciones políticas de la ecuación.
Tras la Conferencia de Madrid de 1990, el proceso de paz comenzó a girar en torno al principio de “tierra por paz”. Así, el régimen israelí se retiraría de la tierra que ocupó en 1967 a cambio de la paz y la normalización de las relaciones con los palestinos y los árabes.
No obstante, Trump y sus asesores se han negado a respaldar la solución de dos Estados para el conflicto, una cuestión que ha sido considerada durante mucho tiempo la única vía práctica hacia una paz duradera. Los funcionarios estadounidenses también han sugerido que los principales problemas políticos para resolver la disputa, como son las fronteras, el status de la ciudad santa de Jerusalén, Al-Quds, y el destino de los refugiados palestinos, no sean abordados.
En el plan de Kushner, el concepto central de “tierra por paz” ha sido reemplazado por la idea de “paz para la prosperidad” que, de hecho, ha reducido todo el conflicto a un problema económico.
kmd/ncl/mkh