"Décadas de impunidad y deshumanización sistemática de palestinos han culminado en el aumento de la violencia, aumento de los asentamientos ilegales, y aumento de violaciones de los derechos", sostuvo el premier malasio.
Décadas de impunidad y deshumanización sistemática de palestinos han culminado en el aumento de la violencia, aumento de los asentamientos ilegales, y aumento de violaciones de los derechos", afirma el primer ministro malasio, Nayib Tun Razak.
Al referirse a los recientes ataques de soldados y colonos israelíes al recinto de la Mezquita Al-Aqsa, en Al-Quds (Jerusalén), llamó al régimen de Tel Aviv a "vivir a la altura de los más altos principios éticos del judaísmo y el mensaje esencial" de la tora.
Denunció que Israel fuerza constantemente su autoridad sobre dicha mezquita, e hizo hincapié en lo perentorio de "abordar definitivamente la injusticia" que sufren los palestinos desde 1948.

"Si el mundo continúa haciendo la vista gorda ante los sufrimientos de los palestinos, corremos el riesgo de una nueva catástrofe en los territorios ocupados palestinos", advirtió.
"Si el mundo continúa haciendo la vista gorda ante los sufrimientos de los palestinos, corremos el riesgo de una nueva catástrofe en los territorios ocupados palestinos", advirtió.
Tras indicar que la frustración y la ira de los palestinos revierten en los musulmanes de todo el mundo, añadió que los israelíes deben permitir a todo musulmán visitar ese lugar sangrado.
Finalmente conminó a Israel a retornar la plena autoridad sobre la Mezquita Al-Aqsa a Jordania que, según un tratado suscrito en 1994, tiene la custodia legal del lugar.
La Mezquita Al-Aqsa es el tercer lugar más sagrado del Islam, tras la Mezquita Al-Haram en La Meca y la Mezquita Al-Nabawi en Medina (ambas en Arabia Saudí). Los israelíes pretenden judaizar el recinto y eliminar su identidad islámica a fin de convertirla en un templo judío.
Conforme al tratado de paz Wadi Araba (1994) entre Jordania y el régimen de Tel Aviv, Amán tiene la responsabilidad de salvaguardar los lugares santos islámicos y cristianos en Al-Quds, y los judíos pueden entrar, pero no realizar rituales. Empero, los colonos y militares israelíes irrumpen con gran frecuencia en la Mezquita y sus explanadas y, según las Naciones Unidas, no cejan sus “provocaciones religiosas”.
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