En pocas horas, se evidenció que las manifestaciones reflejaban el repudio a todo el sistema institucional peruano establecido por la dictadura de Alberto Fujimori en 1993, que consagra el neoliberalismo y niega los derechos sociales.
Merino respondió con violencia: la policía asesinó a dos jóvenes y dejó decenas de heridos, y el mandatario fue obligado a renunciar. La demanda de una Asamblea Constituyente es hoy la bandera de lucha que unifica al pueblo peruano.
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