• Detrás de la Razón: El regalo de Navidad que hace Trump a Putin; EEUU pierde y Rusia gana
martes, 25 de diciembre de 2018 22:02

El anuncio que hizo el presidente de EE.UU., Donald Trump, de querer retirar sus tropas estadounidenses de Siria, hay que tomarlo con pinzas y mucho cuidado.

Primero porque no hay que perder de vista de quién viene, Trump, que dice y se contradice, que promete, y luego dice yo no fui, que cambia, que rabiotea y que es voluble, así que no sabemos si esté jugando, sea un amague, sea retórica, sea un truco estratégico o vaya completamente en serio porque así piensa que son las cosas para el mundo y su beneficio.

Segundo, porque su anuncio ha causado un terremoto en todo el mundo. En los aliados ha provocado alerta, Europa no quiere que EE.UU. se vaya de Siria, hay muchas tropas británicas, francesas, italianas que están protegiendo intereses estratégicos multimillonarios, y que quedarían abandonadas por el liderazgo y poderío militar estadounidense.

Así, la decisión trumpeana ha provocado una ola de protestas, desde Israel, los europeos, y dentro del propio EE.UU. donde sobre todo los militares rechazan la ocurrencia del dueño de la Casa Blanca. En los no tan aliados o rivales, la decisión de Trump ha sido motivo de aplauso, alegría y festejo.

En un programa “prime time” de la televisión rusa, celebraron diciendo que Trump era de ellos, lo tenían capturado. Y en la conferencia anual del escenario azul que acostumbra el presidente de Rusia, Vladimir Putin, él mismo, aplaudió y celebró la decisión del presidente de Estados Unidos.

Irán ha sido más cauteloso, al indicar que aún es muy temprano para creerse que Trump sí va a retirar las tropas o para saber si detrás de esa decisión hay plan con maña, se esconde un truco o un trato.

Hay incluso análisis que leen en la decisión de Trump una negociación de dinero, porque no hay que olvidar que para el magante todo se mueve si hay trueque o negocio, y si vale la pena, como los 3 mil 500 millones de dólares que compraría Turquía en defensa aérea a Estados Unidos, a cambio de que retiraran las tropas estadounidenses dejándole vía libre para aniquilar al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, por sus siglas en kurdo) radicados en Siria, que son una pesadilla para el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, por su afán de independizarse y crean un país llamado Kurdistán.

Y no es mucho especular porque tras el anuncio de Trump, Erdogan festejó diciendo que en los próximos días iniciarán operativo de exterminio kurdo en Siria; habrá que ver si el Gobierno de Siria los deja, tal como apunta el canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, alertando de que cualquier incursión extranjera en territorio sirio tiene que ser antes consultada y autorizada por el Gobierno de Bashar al-Asad.

Pero lejos de todas las maniobras tras bambalinas, en la primera lectura podemos decir que si la intención de EE.UU., Europa, Occidente era provocar el derrocamiento del presidente sirio, Bashar al-Asad, vía una guerra civil auspiciada por el terrorismo saudí-anglo, entonces quien salió victorioso fue el mismo Gobierno de Siria, y sus aliados que le ayudaron, Rusia e Irán.

Y en una lectura más profunda también hay que reflexionar lo siguiente: EE.UU. desde ese punto de vista, perdió en Siria, aunque la deja totalmente devastada; más de 300 mil millones de dólares para poder reconstruirla, casi un millón de muertos y más de 12 millones de desplazados, la reflexión es ¿eso es perder la guerra? ¿o no es realmente lo que quería Washington, destrozar Siria para que no se construyera un oleoducto que perjudicaría a Arabia Saudí?

Si fuese así, no hay calificativo para nombrar el sadismo de provocar muerte y destrucción a cambio de salvar dólares y poder. Si no es así, tampoco hay calificativo para querer derrocar a un gobierno, perder y hacerse la víctima.

Por donde lo veamos, la guerra de poder subsidiaria se ha convertido en cáncer y tragedia del ser humano del siglo XXI, donde nadie se aviente la responsabilidad directa, pues el agente secundario en las sombras es el que hace el trabajo sucio.

En “Detrás de la Razón”, nosotros preguntamos, los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es detectar las aristas que no nos dicen.

El análisis, las preguntas y respuestas a las nueve treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres, siete y Madrid, ocho de la noche; México y Colombia, una de la tarde.

Por: Roberto de la Madrid.

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