El vocero del Ministerio de Defensa de Rusia, Igor Konashenkov, ha informado este sábado de la “destrucción” de las unidades de sabotaje y de reconocimiento de Ucrania, así como del cierre de un campamento de “mercenarios extranjeros”.
Además, ha dicho que los bombardeos rusos con misiles del viernes lograraron, tal como estaba planeado, evitar la transferencia de armas y municiones ucranianas, detener la producción en las fábricas de armas, y destruir los sistemas de defensa antiaérea de Ucrania. “Todos los objetivos atacados han sido destruidos”, ha afirmado Konashenkov.
La jornada, conforme a diversos medios, fue una de las más intensas del Ejército ruso en Ucrania. Kiev ha confirmado 70 ataques rusos, así como daños en infraestructuras clave, incluidos los servicios de electricidad y agua.
Moscú informó que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, pasó el viernes al mando de “operación militar especial”, informándose sobre los planes para el próximo ataque.
Las fuerzas rusas lanzaron al menos 70 misiles en uno de sus mayores ataques desde que Moscú comenzó en febrero su operación especial en Ucrania; lo cual ha causado apagones en todo el país eslavo, conforme a la agencia de noticias británica Reuters.
A causa del ataque, se quedó sin electricidad Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, ubicada en el norte del país, lo que obligó a Kiev a implementar apagones de emergencia en todo el país, conforme a los funcionarios ucranianos.
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