"A pesar de la unidad respecto a los misiles de Corea del Norte y su aventurismo nuclear, la Federación de Rusia considera que es absolutamente injustificable y muy, muy peligroso intentar usar esta situación como una excusa para aumentar de manera desproporcionada una presencia militar en la región", ha destacado este viernes el canciller ruso, Serguei Lavrov.
Sus declaraciones se produjeron poco después de que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se reuniera con el premier japonés, Shinzo Abe, a quien —según Lavrov— ha expresado el desacuerdo de Moscú con la inapropiada reacción de Washington que prevé desplegar sus sistemas móviles antimisiles THAAD en Corea del Sur ante los ensayos de Pyongyang.
A pesar de la unidad al respecto de misiles de Corea del Norte y del aventurismo nuclear, la Federación de Rusia considera que es absolutamente injustificable y muy, muy peligroso intentar usar esta situación como una excusa para aumentar de manera desproporcionada una presencia militar en la región", ha destacado el canciller ruso, Serguei Lavrov.

La mencionada decisión estadounidense-surcoreana y las posteriores maniobras militares conjuntas de Seúl y Washington se realizaron tras la cuarta prueba nuclear en enero pasado y el lanzamiento un mes después de un satélite a bordo de un misil espacial balístico por Corea del Norte, país que reivindica el desarrollo de armas nucleares como base de su estrategia de defensa mientras EE.UU. mantenga su postura de hostilidad.
Por otra parte, el ministro ruso de Exteriores ha enfatizado que el Kremlin exige garantías vinculantes de que las armas antimisiles norteamericanas en Asia oriental no serán dirigidas contra Rusia.
"Nos dicen que (estas armas) no apuntan contra nosotros, al igual que ocurre con el segmento europeo de la defensa antimisiles de EE.UU., pero tenemos una evaluación diferente. Si no apuntan a Rusia, necesitamos garantías jurídicas vinculantes al respecto", ha insistido.
De acuerdo con Lavrov, los jefes de Estados de Rusia y Japón han confirmado su postura oficial para “eliminar de las armas nucleares de la península coreana”. “Estuvieron de acuerdo en que ambos países deberían refutar las ambiciones nucleares de Pyongyang”, concluye.
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