La estancia de la presidenta peruana, Dina Boluarte, en la última edición de la Asamblea General de la ONU estuvo marcada por diversas críticas no solo porque su discurso no logró convencer a otros mandatarios, sino también por su precaria agenda.
Aunque la jefa de Estado aseguró que su visita fue fructífera, lo cierto es que su participación evidenció lo aislado que está el gobierno peruano a nivel internacional.
Una de las razones por las que representantes mundiales no lograron integrarse con Boluarte fue debido a la polémica investigación contra la Junta Nacional de Justicia (JNJ), la cual fue impulsada por el Congreso y aceptada por el Ejecutivo, pese a los pronunciamientos en contra por parte de los representantes de la ONU.
Otro motivo por el que la comunidad internacional estuvo distanciada de la jefa de Estado fue por las muertes ocurridas durante las protestas, las cuales hasta el día de hoy no han sido investigadas, lo que intensifica aún más la división entre el Gobierno y la población.
En la última encuesta realizada por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), se reveló que la desaprobación de Dina Boluarte alcanzó un 82% en el último mes, una de las más altas en lo que va el año.
Aarón Rodríguez, Lima.
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