Pero estas personas se han esforzado en encontrar soluciones inteligentes y prácticas para hacer fracasar las medidas israelíes.
El bloqueo de Israel contra la Franja de Gaza ha hecho que sea casi imposible para los pescadores palestinos locales ganarse la vida.
Una zona de exclusión controlada por Israel, limita el espacio en el que pueden trabajar a seis millas, unos 11 kilómetros de la costa gazatí.
Para muchos residentes en Gaza, los mariscos son una comida básica; sin embargo, el bloqueo marítimo ha limitado el suministro de mariscos al enclave costero.
Según el Ministerio de Agricultura de Palestina, la cantidad de pescado capturado diariamente, es menos del 20 por ciento de la demanda de los gazatíes.
Esta situación ha provocado la apertura de varias granjas privadas de peces, cuyo objetivo es abastecer a los mercados locales con otra fuente de pescado a precios asequibles.
No obstante, ellos mismos también sufren de diferentes dificultades.
En respuesta a los altos costos los palestinos han encontrado una solución inteligente: utilizar Azula, una planta que crece en el agua, para alimentar a los peces.
El duradero bloqueo israelí, iniciado en junio de 2007, ha hundido la economía de la Franja, e impedido que los ciudadanos de la zona puedan disfrutar de derechos básicos como la libertad de circulación o acceso a un trabajo, a la salud y a la educación, entre otros.
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