El documento, de 386 páginas, titulado ‘Evaluación de tecnologías actuales en Israel y los Estados de la OTAN’, del Departamento de Defensa de EE.UU., ha sido publicado este sábado por varios medios de comunicación, e indica que el país norteamericano ha cerrado sus ojos ante el programa nuclear del régimen de Tel Aviv y sus actividades en el desarrollo de un arma de hidrógeno.
Los israelíes están “desarrollando el tipo de códigos que les permitirá construir bombas de hidrógeno. Son códigos que detallan los procesos de fisión y fusión en el nivel microscópico y macroscópico”, se lee en el informe.
Asimismo, el documento desvelado compara las principales instalaciones nucleares israelíes con los laboratorios nacionales estadounidenses de Los Álamos y Oak Ridge, que desempeñaron un papel clave en el desarrollo de armamentos nucleares del país norteamericano.
El reporte ha sido desclasificado en virtud de la demanda del director de investigación del Instituto estadounidense de Oriente Medio, Grant Smith, con base en la Ley de libertad de información.
Si bien las enmiendas Symington y Glenn, de 1976 y 1977 respectivamente, prohíben la ayuda externa a potencias nucleares que no suscriban el Tratado de No Proliferación (TNP), recalca el documento, Washington continuó respaldando al régimen de Tel Aviv en materia nuclear.
El régimen israelí, nunca, ha permitido ninguna inspección de sus instalaciones nucleares, y continúa rehusando los llamamientos internacionales a adherirse al TNP.
En 2013, el semanario militar estadounidense Jane's Defence Weekly reveló que el régimen israelí fabrica todo el material necesario para producir cada año entre 10 y 15 bombas atómicas, como las que utilizó EE.UU. en la ciudad japonesa de Nagasaki (1945).
Por su parte, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés) ha confesado que el régimen de Tel Aviv, desde hace décadas, posee su propio depósito clandestino de armas químicas y biológicas.
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