Mientras en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador recibió a una delegación bipartidista de congresistas estadounidenses para tratar la lucha contra el fentanilo, el canciller Marcelo Ebrard viajó a ese país e instruyó al embajador y los 52 cónsules emprender una amplia campaña de información y defensa tras el llamado desde el Partido Republicano para que las fuerzas armadas estadounidenses intervengan en México bajo el supuesto del combate al narcotráfico.
López Obrador ya había señalado el carácter intervencionista, hipócrita y corrupto del Partido Republicano y adelantó que empezaría una campaña entre mexicanos y latinos en Estados Unidos para que no voten por los republicanos, a través de sus consulados en ese país.
En tanto, desde el gobierno federal mexicano también defienden la política de seguridad nacional y su extrañamiento de la influencia de la DEA y otras agencias estadounidenses.
El Gobierno de México mantiene su postura soberana frente a sus relaciones diplomáticas con Estados Unidos, e insiste en que no desistirá en sus denuncias de intervencionismo, hipocresía y corrupción frente a las amenazas desde el Partido Republicano.
Sara Morales Gallego, Ciudad de México.
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