Desde que la federación italiana de fútbol anunció que la Supercopa de Italia se disputaría en Arabia Saudí únicamente por temas económicos, diferentes grupos pacifistas y asociaciones humanitarias protestan ante la embajada saudí asegurando que se han olvidados de los derechos humanos al celebrar esta competición en un país donde los civiles carecen de todo tipo de derechos.
Los manifestantes afirman que ha sido una patada a los derechos humanos ya que los equipos Juventus de Turín y Milan se disputan la Supercopa de Italia en Arabia Saudí por un contrato para la televisión nacional de 7 millones de euros; afirmando que el propio Gobierno es cómplice por no posicionarse en contra de disputar un partido de fútbol en un país con políticas de terror y guerra.
Y es que el partido de fútbol se organiza en un país donde no existen casi derechos para la población, y durante los últimos cuatro años ha masacrado a miles de civiles en Yemen, en muchas ocasiones con bombas de fabricación italiana provenientes de la fábrica armamentística que se encuentra en Cerdeña.
Las asociaciones pacifistas aseguran que no se tendría que celebrar un evento tan importante para el deporte italiano en un país donde los niños se convierten en soldados, o donde el príncipe heredero de Arabia Saudí, Muhamad bin Salman, es el principal acusado del brutal asesinato de un periodista en el consulado saudí en Estambul, pero que se sentará en el palco de honor para presenciar la final italiana.
La celebración en Arabia Saudí de un partido de fútbol entre dos equipos italianos ha sido el detonante para protestar ante la embajada saudí por la continua violación de derechos humanos que se producen en este país.
Carlos Díaz, Roma.
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