Las mujeres, hombres y niños han mostrado su valentía al dejar miles de kilómetros atrás sus hogares para protestar con luchas ignoradas por la mayoría. Los manifestantes no piden dinero, construcciones o favores de los políticos, solo quieren que los recursos naturales de sus pueblos sean respetados.
Constantes movilizaciones como esta son realizadas en Tegucigalpa (capital), pero ninguna tiene hasta ahora un impacto. Una comisión logró ingresar al Ministerio Público, pero así como estas han habido otras, y hasta ahora esta institución no ha dado respuesta a cada uno de sus reclamos.
Mientras tanto las concesiones mineras y eléctricas continúan, a pesar del rechazo de las comunidades y la destrucción de la naturaleza. Muchos de los que protestan tienen abiertos procesos judiciales por defender sus derechos, pero continúan aun con las amenazas de la cárcel.
Dassaev Aguilar, Tegucigalpa.
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